La población de la provincia de Alicante ha caído en 83.000 personas en un año debido al retorno de extranjeros a sus países, según ponen de manifiesto los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo difundió las cifras provisionales del padrón a 1 de enero de 2014, que cifran los habitantes de la demarcación en 1.862.359, frente a 1.945.642 de doce meses antes.
El descenso, el más significativo -y casi único- desde que se empezaron a hacer registros oficiales en 1857, se debe por entero a la bajada de la población extranjera. La provincia no es una excepción, ya que España pierde 404.619 habitantes, situándose en 46.725.164, y el único colectivo foráneo que crece a nivel nacional es el chino.
El INE cifra los extranjeros en la provincia en 379.689, casi 90.000 menos que en enero de 2013, mientras que, por el contrario, hay 6.445 españoles más. El descenso se ha dado sobre todo en ciudadanos de otros países europeos, algo que prácticamente no había ocurrido en las últimas dos décadas. El caso de los británicos es especialmente llamativo, ya que el colectivo ha pasado en sólo un año de 130.541 personas a 91.287; en términos porcentuales, el descenso es del 30%. Por su parte, la colonia alemana ha experimentado también una fuerte caída y pasa de 35.916 a 21.441 personas. Esta tendencia contrasta con el incremento en la provincia del 11% de los ciudadanos rusos, y de un 14% en los argelinos; estos colectivos están formados por 14.429 y 13.516 hombres y mujeres, respectivamente.
En el Departamento de Sociología I de la Universidad de Alicante (UA) vienen estudiando este fenómeno desde hace algunos años y esperaban que la población extranjera descendiera, pero no de una forma tan elevada. Según la profesora Raquel Huete, ya desde 2005 se había observado que llegaban menos personas, algo que se ha agudizado en los últimos años al afectar también la crisis y los recortes sociales a este colectivo. En este sentido, la docente recuerda que ciudadanos europeos como los británicos «no sólo están aquí como turistas, sino también por motivos económicos».
Huete recuerda que las cifras publicadas ayer son provisionales, por lo que hay que tomarlas con cierta cautela, aunque alude a varias causas para que los británicos abandonen la provincia. Entre otras, la falta de empleo, la subida de impuestos, el endurecimiento de las condiciones para acceder al sistema sanitario o la falta de incentivos para el empadronamiento en España. Todo esto ha contribuido a que el descenso de residentes se note especialmente en franjas de edad jóvenes, ya que el número de jubilados se mantiene más estable.
