El Parque de Bomberos en la calle Italia de Alicante pasará a la historia a mediados de este año y un centenar de efectivos de este cuerpo, la mayoría en activo pero también muchos jubilados, se reunieron ayer en estas instalaciones para despedirse y rendir homenaje a la que ha sido sede principal del cuerpo desde 1962. El acto fue promovido por la Agrupación Deportivo Cultural de Bomberos y la foto conmemorativa que se hicieron ayer solo es una de las iniciativas que se van a hacer con motivo del traslado al Parque de Bomberos Ildefonso Prats en la Playa de San Juan. También pretenden recopilar en un libro lo que ha significado para la ciudad de Alicante este parque, desde el que se prestó servicio de extinción de incendios para otros muchos municipios de Alicante e incluso de otras provincias.

El jefe de Bomberos, Carlos Pérez, señaló que quieren trasladar la sede en abril al nuevo parque y dijo que las instalaciones de la calle Italia no se quedarán abiertas como subparque como se propuso.

Junto a los modernos vehículos de extinción de incendios destacaba ayer el conocido por los más veteranos como «Carlitos», un Ford T que es toda una reliquia y ha sido restaurado. Florencio Carrión ya está jubilado pero fue los primeros en trabajar en el parque de la calle Italia. El siniestro más espectacular que recuerda haber cubierto en 31 años de servicio fue la extinción de un incendio en la refinería de Escombreras, en Cartagena. Tampoco olvida Florencio otro incendio «en el hotel Meliá, donde tuvimos que bajar a la gente», y los rescates realizados en las inundaciones de 1982.

José Manuel Sánchez, otro jubilado cuyo padre también fue bombero y murió mientras trabajaba, recordaba ayer la diferencia entre los equipos que llevan ahora y los de antes: «Entrabas cuerpo a tierra porque no había equipos autónomos para respirar». Su compañero Juan Espí trabajó desde el principio en la calle Italia y asegura que «nos jugábamos la vida en los incendios. No teníamos ropa adecuada e ibas a rastras, con pañuelos». Espí también coincide en recordar el incendio de Escombreras como el más fuerte, cuya extinción duró «meses».