La Mesa del Agua de la Diputación acordó ayer solicitar al Gobierno la recuperación de la toma del agua en Cortes de Pallás para el trasvase Júcar-Vinalopó, por considerar que el coste de explotación será inferior a los de la toma de Azud de la Marquesa (Cullera) y, además, garantiza agua de mayor calidad, lo que garantiza que sea potable y, por lo tanto, sirva para beber y regar. La propuesta se incluye en el documento de alegaciones presentado contra el nuevo plan del Júcar, que ha descartado la opción que exige Alicante.

La propuesta, que recibió también el respaldo de la patronal Coepa en su reunión de ayer, fue aprobada por unanimidad de todos los miembros, salvo la abstención del Ayuntamiento de Villena. El paso adelante dado por la Diputación se produce sólo cinco días después de que este periódico revelara que el Ministerio de Agricultura no ha incluido la segunda toma de Cortes en el futuro plan hidrológico del Júcar, tal como reclaman usuarios y regantes de la provincia desde 2005, cuando el Gobierno socialista cambió el proyecto. El Ejecutivo del PP mantiene ahora las tesis del PSOE, y pretende gastarse otros 260 millones de euros con la construcción de una potabilizadora para el agua que, además, no comenzaría a construirse hasta 2022.

La presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, dio a conocer, tras la reunión, los puntos centrales del documento de alegaciones elaborado por expertos de la Universidad de Alicante, como el catedrático emérito de la Universidad de Alicante Antonio Gil-Olcina, quien una vez más se mostró contundente contra la decisión del Gobierno de aplazar la construcción de la segunda toma. Las alegaciones cuentan con el respaldo del Consell, pero no del ministerio, cuya máxima representante en la Comunidad, María Ángeles Ureña, presidenta de la Confederación del Júcar, no asistió a la reunión.

La Diputación considera urgente encontrar una solución al problema de sobreexplotación de los acuíferos en el Vinalopó y l'Alacantí, ya que del aprovechamiento de estos recursos depende el abastecimiento de más de un millón de habitantes y el riego de más de 50.000 hectáreas dedicadas a cultivos de hortalizas, frutales y uva de mesa, que tienen una amplia trascendencia social y económica para la provincia.

Luisa Pastor subrayó, en este sentido, que «estamos ante un proyecto clave y somos conscientes de la importancia de que la provincia tenga una voz fuerte, firme y clara en la planificación hidrológica. Como territorio deficitario de agua dedicamos especial atención a su uso y, ya sea para regadío o abastecimiento, el trasvase Júcar-Vinalopó es básico y fundamental para nuestro desarrollo, para nuestro día a día y, si me apuran, para nuestra supervivencia».

Los expertos que asesoran a la Diputación consideran que la toma de Cortes es fundamental para que los agricultores puedan pagar el agua. La tarifa se fijó en 2002 entre 0,081 y 0,126 euros por m3, frente al precio propuesto por Aguas del Júcar con la toma en el Azud de la Marques, que se estipula en 0,19 euros/m3. El trazado con toma en Cullera imposibilita, según los técnicos, los aportes a la cuenca del Vinalopó de agua para abastecimiento, fundamentalmente por razones de calidad.