Ni un papel en la plaza de Abad Penalva, ante la fachada principal de la Concatedral de San Nicolás, pero unos pasos más allá, a las espaldas del templo, contenedores a rebosar. Un paseo marítimo impoluto con las papeleras de la playa del Postiguet más vacías que nunca en contraste con el montón de bolsas de basura de la calle Gravina, justo detrás de la plaza del Mar. Es la imagen que presentaba ayer Alicante en el segundo día de huelga de los servicios de limpieza y recogida de basuras: los servicios mínimos se centraron en los puntos de interés turístico y en las avenidas y paseos más destacados dejando como estaban, con papeleras y contenedores repletos y con desperdicios en las aceras, las calles menos a la vista y en general las zonas más alejadas de la ciudad.

«Están marginando a los barrios», dijo un vecino de Carolinas que ayer se desplazó a hacer gestiones al centro de Alicante. «Allí no han limpiado nada, está todo ya que da asco y eso que solo llevan dos días», se quejó. Otro barrio donde se perciben los efectos del paro es San Blas, por ejemplo en la avenida Conde de Soto Ameno, que ya adolece de la falta de barrido, o en la calle Enrique Cerdán Tato, con decenas de bolsas a los pies de los contenedores y un mar de hojas secas y papeles en acera y calzada, así como en las calles Benitachell y Xàbia, junto a una guardería. Otro tanto ocurre en la avenida de Jijona, en el barrio de Los Ángeles, donde la basura se apila muy cerca de la iglesia; en la Florida, dejada de la mano de Dios según apuntó una vecina, y en las calles más próximas al cementerio. También en Rabassa y en la zona de Sol Naciente, en la Albufereta, de acuerdo a las numerosas imágenes enviadas por lectores al twitter de INFORMACIÓN.

«Es una vergüenza lo que pasa en Alicante» o «me parece muy mal tanto por los trabajadores como por la empresa» eran algunos de los comentarios ayer de los alicantinos. Otros apoyan totalmente a los huelguistas, como la asociación de vecinos del Pla. «Consideramos que la codicia de la concesionaria de basuras va a provocar que Alicante esté más sucia todavía y solo para incrementar sus beneficios», afirman en un comunicado. Antonia, una madre de familia que trabaja limpiando casas y con su marido en paro, apoya incondicionalmente a la plantilla. «Todos teníamos que hacer lo mismo, como ellos y como los vecinos de Burgos (en alusión al conflicto del bulevar del barrio del Gamonal), así nos iría mejor porque los políticos hacen con nosotros lo que quieren», protestó.

Pese al esmero en la cara principal de la ciudad, el Portal de Elche se quedó sin barrer. Las raíces de los ficus aparecían llenas de papeles, hojas de periódicos e incluso con la cinta que la Policía Local colocó el día anterior cuando cortó el paso por la caída de ramas debido al fuerte viento. Los contenedores soterrados estaban rodeados de cajas de cartón y embalajes que iban aumentando conforme avanzaba el día con la actividad de la hostelería y el comercio, lo mismo que en Manero Mollá, en las calles adyacentes a la Montañeta e incluso en Maisonnave. En las calles del Casco Antiguo más alejadas del casco histórico crecía también la basura, y en la bajada del Portón a San Cristóbal incluso se acumulaba junto a los contenedores soterrados mientras los grises, que están en superficie, estaban cerrados. El concejal de Atención Urbana, Andrés Llorens, denunció ayer el sabotaje de algunos contenedores, a los que supuestamente los trabajadores habrían roto los pedales.

La huelga está sirviendo para que los rebuscadores de basura, que solían buscar en los contenedores ropas, objetos e incluso comida aprovechando la noche, salgan ahora sin disimulo a plena luz del día entre las bolsas de basura rebosantes. Hasta siete fueron sorprendidos ayer en un recorrido por los barrios de la ciudad.