La emblemática estatua de Ícaro con su ala de surf regresó ayer el Muelle de la Reina del puerto año y tres meses después de que un yate arrollara. La escultura de bronce tuvo que pasar por el taller para ser reparada y ayer, con la ayuda de una grúa y un equipo de buzos, pudo reinstalarse. Ahora, vuelve a reposar sobre un pedestal en el mar.

Los trabajos de fundición, transporte y colocación ascienden a 15.000 euros. Una cantidad que, tal y como indicaron el vicealcalde, Andrés Llorens y el concejal de Cultura, Miguel Valor, sufragará íntegramente la aseguradora de la embarcación que embistió a la escultura. Precisamente esos trámites con la aseguradora son los que han retrasado la reparación y recolocación de la obra.

La autora de la pieza, Esperanza d'Ors, supervisó ayer los trabajos de reinstalación de la escultura, que fue reparada bajo la supervisión de la restauradora municipal, Luisa Biosca.

La estatua de bronce fundido fue colocada en el Muelle de la Reina en 1999. Se ubica sobre un pedestal sobre el agua y representa la figura de un hombre de grandes hombros y cabeza pequeña. Debajo del brazo izquierdo y apoyado sobre su cadera lleva una tabla de windsurf. Tal y se indica en la web de Cultura es una imagen de la mitología griega que representa a Ícaro, hijo de Dédalo, que huyó de Creta donde estaba retenido por el rey Minos valiéndose del invento de unas alas unidas por medio de cera. En la escultura se hace una recreación del mito griego a la actualidad mediante la tabla de windsurf, se explica en la tabla del catálogo.