Las quejas por el ruido nocturno en la zona del puerto han llevado a la Policía Autonómica a tomar cartas en el asunto. El pasado sábado los agentes acudieron a la zona de ocio para realizar inspecciones de los locales y comprobar si cumplían con el horario de cierre establecido en sus licencias. Aunque en el caso de los pubs la hora de cierre está fijada a las 3.30 horas de la madrugada, muchos venían incumpliendo este requisito. Sin embargo, durante el pasado fin de semana muchos de los hosteleros inspeccionados y otros alertados por la presencia policial cerraron sus persianas a la hora fijada en sus licencias para evitar sanciones.
Un hecho que provocó el desconcierto de los clientes. «La gente llega a la zona del Puerto cuando cierran los pubs del centro y a esa hora estaban llenos de gente», explica Raúl Mate, uno de los clientes, que narra que «algunos de los locales tuvieron que devolver el precio de las entradas». Este último, considera que «en tiempos de crisis, estas actuaciones generan muchas pérdidas a los negocios».
Desde el Ayuntamiento de Alicante sostienen que los pubs de la zona tienen licencia de apertura hasta las 3.30 horas de la madrugada, a excepción de los que tienen licencia de discoteca o sala de fiesta, que pueden permanecer abiertos hasta las 7.30 horas. No obstante, muchos de los locales venían incumpliendo esta limitación. La concejala de Urbanismo, Marta García Romeu, confirma que se han recibido quejas sobre el ruido por parte de los hoteles del entorno, que vienen reclamando medidas para garantizar el descanso de sus clientes. De hecho, la semana pasada los hoteleros se reunieron con vecinos del centro tradicional para unir fuerzas y exigir a las autoridades un mayor control que garantice el cumplimiento de la normativa por parte de los locales de ocio.
Aunque la Policía Local también tiene competencias para actuar, en este caso la intervención del fin de semana en el puerto corrió a cargo de la Policía Autonómica, dependiente de la Generalitat. Los agentes realizaron varias inspecciones en los locales para comprobar que disponen de licencia y se ajustan a los requisitos de la normativa, por ejemplo, en lo referente al ruido y los horarios. Los agentes levantaron varias actas y la información sobre su presencia fue corriendo de local en local, por lo que muchos de los propietarios de los locales optaron por cerrar a la hora fijada en sus licencias para evitar posibles sanciones.
