Se lo llevan todo. Metales de tumbas y aseos del cementerio de Alicante, cable telefónico o de luz de cualquier instalación, o las tapas de registro y rejillas de pluviales de los parques. La zona verde del Monte Tossal ha sido la última víctima de esta oleada de robos que barre la provincia.
La pasada semana una docena de tapas de registro de agua y luz y rejillas de desagües de pluviales desaparecieron del parque, dejando esta frecuentada zona de esparcimiento del corazón de Alicante plagada de peligrosos agujeros. Tras este hurto, el Ayuntamiento ha tapado la mayoría de boquetes con bloques de piedra, y en otros casos con tablas de maderas, hasta que sea posible reponer las tapas y sobre todo las rejillas, que cumplen una función importante para evitar que se aneguen las calles del parque y desalojar el agua de lluvia, y ahora están cubiertas.
Afortunadamente, en esta ocasión no se ha sufrido la sustracción de cable de cobre, lo que siempre provoca graves daños en las instalaciones y deja sin alumbrado la zona, como pasó a escasos metros con la zona deportiva del Monte Tossal hace semanas.
El edil de Atención Urbana, Andrés Llorens, lamentó ayer la oleada de robos de este tipo que recorre Alicante y que causa graves daños materiales y también económicos a la hora de reparar y reponer lo sustraído. Estas tapas y rejillas se suelen vender en el mercado negro como chatarra, obteniendo por cada kilogramo menos de un euro.
Por ejemplo en el cementerio se llevan ya adornos, cañerías y hasta las cruces para su venta en chatarrerías, y la pasada semana El Moralet acumulaban 15 días sin servicio de teléfono fijo por el robo de cable de cobre. En las últimas semanas se han producido 35 sustracciones de cable en 30 localidades de la provincia, una oleada que parece no tener fin y que se ha agravado con la crisis.
