­Casa Mediterráneo ha colocado en el vértice de su fachada un reloj que, al menos por el momento, no va a tener ni manecillas ya que la institución no tiene los 3.000 euros que harían falta para instalar la maquinaria. Así lo ha señalado la directora de la sede, Almudena Muñoz, quien ha indicado que «me dolía ver el agujero del viejo reloj vacío y por eso hemos optado por colocar la caja de uno nuevo, aunque no funciona porque la maquinaria cuesta 3.000 euros».

El modelo que se ha instalado, blanco y con las señales de la hora en negro, similar al original del siglo XIX, está realizado en metacrilato y ha costado unos 400 euros. De momento no va a llevar ni manecillas, ya que «no queremos engañar ni confundir a nadie», ha señalado la directora.

La dirección de la institución diplomática cuyo objetivo es incrementar las relaciones con los países del norte de África, no se ha planteado recuperar el viejo reloj colocado cuando se abrió la estación de Benalúa en 1888. Tampoco parece tener claro nadie dónde está. Ni el concejal de Cultura, Miguel Valor; ni el de Atención Urbana, Andrés Llorens, tienen idea de qué ha sido del viejo aparato que servía de guía para los usuarios de la estación a la hora de coger los viejos trenes.

Almudena Muñoz cree que se rompió al tiempo que se deterioraba la estación desde que dejó de cumplir su función en 1982 y hasta que en 2007 se anunció el proyecto de Casa Mediterráneo. Al parecer, según los datos de la directora, sí se recuperó la maquinaria y un alicantino se la llevó a su casa para evitar que sufriera más daños. Aunque Almudena Muñoz no ha facilitado el nombre del «protector» del viejo reloj, sí cree que se trata de una persona «seria y responsable que se llevó la maquinaria para que no se destruyera más».

Casa Mediterráneo, con todo, no se plantea reclamar el aparato. «Reparar el viejo sistema costaría unos 4.000 euros y es imposible. Sí me encantaría poder exponer el viejo reloj o lo que quede de él en una vitrina en Casa Mediterráneo, pero no hay dinero para restaurarlo». Y es que, la situación económica de Casa Mediterráneo es cada día más delicada. El proyecto del inmueble se ha quedado a medias por falta de fondos y en la actualidad las actividades se realizan dentro de la antigua estación sobre suelo de grava y sin cerramientos en los huecos de la vieja terminal.

Además, tal como ha publicado este diario, Casa Mediterráneo ha entrado en pérdidas por primera vez desde su puesta en marcha debido a los incumplimientos en los pagos del Consell y de los ayuntamientos que forman parte de la entidad, entre ellos el de Alicante. El único que sigue cumpliendo con la parte que le toca es el Gobierno central. La institución tiene en la actualidad un déficit de cuatro millones de euros lo que imposibilita hasta poner un reloj en condiciones.