­La dirección provincial de Educación prevé rebajar las ratios máximas de alumnos estipuladas por la Conselleria de Hacienda de 36 y 42 estudiantes por clase, a 33 y 38 respectivamente en Secundaria y Bachillerato.

Así lo demuestra la planificación elaborada de cara al curso entrante teniendo en cuenta la celebración de los próximos exámenes de recuperación, la semana que viene, en los que se ven involucrados prácticamente la mitad de los estudiantes de Secundaria de la provincia, a excepción de los de segundo de Bachillerato y de los que cursan segundo en los grados de Formación Profesional.

Las cifras estimadas por responsables educativos apuntan a más de 30.000 estudiantes de ESO y Bachillerato con alguna asignatura suspensa, lo que ha llevado a la inspección a reservar una decena de aulas a modo de colchón, especialmente en los municipios de Alicante y de Elche, para tratar de escolarizar a los alumnos sin masificar al máximo las aulas.

La planificación educativa se ha llevado a cabo bajo la premisa de que apruebe el 90% de los estudiantes, por lo que previsiblemente sobrarían esa decena de aulas que van a poder ocupar los alumnos sin necesidad de llevar las ratios al máximo estipulado por Hacienda. «Para no apretar más la tuerca, el mantenimiento de esas aulas dependerá de los alumnos que aprueben, pero se cuenta con profesorado para todas ellas por lo que se evitaría alcanzar las ratios máximas», precisan desde el departamento educativo.

Cambio anunciado

Este año es el último en el que se van a celebrar exámenes de recuperación en septiembre, ya que la propia consellera, María José Catalá, anunció al término del curso que el año que viene los exámenes de asignaturas pendientes para los alumnos de los institutos se harán en el mes de julio. Esta medida ya ha surtido efecto este año para los estudiantes de segundo de Bachillerato y de segundo curso de FP también, porque la selectividad adelantó por primera vez su segunda convocatoria al mes de julio, y ya no hay más posibilidades de recuperación hasta el año que viene.

Ignasi Amorós, delegado en Alicante del sindicato docente mayoritario, STEPV, reclama de antemano a Educación que negocie y planifique las importantes consecuencias que tendrán estos cambios de calendario «para casarlos con la matriculación, porque no se puede seguir ni imponiendo, ni improvisando», critica.

Desde el PSOE, el secretario de Educación, Miguel Soler, añade que la subida de ratios no viene impuesta «porque el decreto que fija el máximo de 30 alumnos en Infantil y Primaria, 36 en Secundaria y 42 en Bachillerato, no obliga a que las comunidades lo apliquen, y en Andalucía no se ha modificado mientras que aquí ya había aulas masificadas en muchos centros. La media global se acaba rebajando porque en las zonas rurales hay menos alumnos».

Educación admite que institutos como el número 1 de Mutxamel o el Historiador Chabàs de Dénia pueden alcanzar las ratios máximas «porque se ha tratado de no castigar a los que tienen menos demanda cerrando aulas, ni tampoco de concentrar excesivo número de alumnos en los institutos más reclamados».

El encaje de estas medidas es lo que favorece la posibilidad de rebajar en tres o cuatro el número de alumnos máximo por aula, aprovechando la bolsa de reserva creada a expensas de las recuperaciones de septiembre, exámenes que se celebran los días 2 y 3 en todos los institutos de la provincia.