La Conselleria de Sanidad finalizará en septiembre la implantación en la Comunidad Valenciana de la receta electrónica, cuyo grado de alcance es ya del 80,21%, con una cobertura de más de 4 millones de pacientes y 1.832 oficinas de farmacia. Según fuentes de este departamento, con la receta electrónica se muestra satisfecho el 76% de las personas que la utilizan, y también ha producido una disminución de la presión asistencial, ya que un 61% de los usuarios acude menos al centro de salud

La receta electrónica comenzó a implantarse en marzo de 2008 y actualmente el 95% de las recetas que se dispensan en la Comunidad son a través de este sistema. La dispensación electrónica es el proceso por el que un paciente acude a una farmacia y, cediendo su tarjeta SIP, el sistema informático de la oficina recupera los registros electrónicos en los que consta la medicación pendiente de dispensar al paciente. Su implantación es total en las provincias de Castellón y Valencia, pero en Alicante de momento sólo alcanza al 42% de la provincia, ya que por ahora funciona en los departamentos de salud de Alcoy, Dénia, La Vila Joiosa y Elda. Estas áreas cubren una población cercana a las 672.000 personas, a través de 325 oficinas de farmacia.

Según las fuentes citadas anteriormente, las oficinas de farmacia del resto de la provincia de Alicante irán incorporándose a la receta electrónica a medida que se homologuen sus sistemas de gestión. De este modo, la primera semana de septiembre arrancarán los departamentos de Orihuela y Torrevieja (días 3 y 5, respectivamente); la segunda semana, los de Elche-Vinalopó y Elche-Hospital General (10 y 12 de septiembre, respectivamente); y la tercera, semana, Sant Joan d'Alacant y Alicante-Hospital General (17 y 19 de septiembre, respectivamente).

Con ello quedará cubierta una población de 1.139.368 alicantinos más, así como las 452 oficinas de farmacia restantes para completar las 776 boticas de la provincia con receta electrónica. En el modelo de receta electrónica de la Comunidad participan tres sistemas de información. El primero de ellos es GAIA, a través del cual el facultativo determina los tratamientos. El segundo es el sistema de gestión de las oficinas de farmacia, mediante el cual el farmacéutico puede recuperar las prescripciones electrónicas y ejecutar la dispensación; y el tercero, SICOF (sistema de información de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos), ubicado entre la oficina de farmacia y el módulo de prescripción de GAIA. El proceso es sencillo, ya que el médico de Atención Primaria prescribe al paciente la medicación que precisa y éste sale de la consulta con su SIP y con un informe de tratamientos vigentes, con un código de barras, que recoge toda la medicación que necesita y las fechas de recogida en la farmacia. El farmacéutico lee en la oficina la tarjeta SIP y el código de barras y le entrega la medicación.

Según encuestas realizadas a los pacientes que ya utilizan esta receta electrónica, el 82% asegura que le ha supuesto ventajas, aparte de producirse una disminución de la presión asistencial. Esto es posible porque entre las principales ventajas destaca la simplificación del trámite administrativo y la reducción de visitas de los pacientes crónicos.