Paso al frente de Luisa Pastor. La presidenta de la Diputación reclamó ayer el Consell que se ponga las pilas e impida que el Ministerio de Agricultura ceda ante Castilla-La Mancha y deje la dotación de los caudales del trasvase Júcar-Vinalopó en manos de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, tal como esta previsto en la hoja de ruta marcada por el Gobierno en el decreto para formar el nuevo consejo del Agua de la Confederación del Júcar y su futura tranformación en demarcación hidrográfica y adelantó ayer este periódico.

Pastor se mostró inflexible y avanzó que pedirá al vicepresidente José Císcar, en quien tiene plena confianza, que pare el sainete en el que se ha convertido la futura planificación de la cuenca del Júcar, en la que está previsto la exclusión de las comarcas de l´Alacantí y la Marina Baixa, lo que representaría, según la presidenta de la Diputación, la "muerte del trasvase del Júcar y, por lo tanto, problemas graves para dos sectores clave de la provincia como son la agricultura y el turismo.

La presidenta anunció que el proyecto de las nuevas demarcaciones hidrográficas y la creación de una propia para la Comunidad Valenciana, pero sin dotarla de agua se llevará a la comisión de expertos creada en la Mesa Provincial del Agua, aunque reiteró que confía en que José Císcar intervendrá. Mientras Pastor mostraba su cara más dura, el Consell optó por el silencio aunque fuentes de la Conselleria de Agricultura aseguraron que el vicepresidente Císcar ha ordenado estudiar a fondo el decreto para ver qué camino seguir.

"Me uno y suscribo las palabras de una de las personas y autoridades más importantes en materia hídrica de nuestra provincia y uno de los principales conocedores de la realidad hídrica de España, el profesor Gil Olcina, que ha dicho que la separación de Vinalopó de l´Alacantí y la Marina Baixa sería la muerte del trasvase", aseveró Luisa Pastor, tras ser preguntada ayer en un acto público por la nuevas intenciones del Ministerio de Agricultura.

La presidenta alertó, por otro lado, de que seguir adelante con el proyecto para crear una demarcación hidrográfica del Júcar, con más representación para Castilla-La Mancha, "provocaría que muchos agricultores verían en peligro su medio de vida. Pero no sólo eso, no olvidemos que la principal industria de la provincia, que es el turismo, se vería afectada, como ya ha pasado en épocas anteriores". Y es que la garantía de agua es vital para mantener los visitantes. Pastor vivió en directo, aunque en otra situación, la fuga de los turistas alemanes a finales de los 70 al falta de agua en la Marina Alta.

Desde el Instituto de Geografía, el catedrático Antonio Rico reiteró el "despropósito que supone el planteamiento del Gobierno al proyectar una demarcación hidrográfica sin agua y duplicando el gasto de fondos públicos".