Como ya sucediera en su día con el proyecto de implantación de la tartera familiar en los comedores escolares, la jornada única escolar se queda también reducida para el curso próximo a un plan meramente "experimental", como admitió ayer la consellera, María José Catalá, momentos antes de inaugurar en Alicante la IX Convención nacional de centros educativos privados, ACADE.

Tan sólo "algún colegio" que previamente haya "presentado el correspondiente proyecto", podría implantar el cambio de horario el curso que viene, y siempre que obtenga la votación mayoritaria de los padres, ratificó la consellera a preguntas de este diario.

A las puertas del comienzo del plazo de admisión en los colegios, el departamento de Catalá no ha recibido ningún proyecto escolar de cambio de horario, como abundaron desde Educación, por lo que el ansiado cambio de jornada demandado por los docentes y repetidamente anunciado por los responsables educativos para este próximo curso se queda en agua de borrajas.

El cambio de horario se podrá implantar "de forma experimental, porque se trata de un proyecto de largo recorrido que hay que consensuar primero con la comunidad educativa, con los padres. Algún centro que lleve trabajándolo tiempo podría presentarnos algún proyecto en este sentido, pero insisto en que es una iniciativa de largo recorrido que hay que negociar, dialogar y trabajar con los padres para que, progresivamente y de forma experimental, aquellos centros que lo deseen puedan implantarlo", concretó.

Catalá da con este giro la razón a las federaciones de padres de alumnos, que se han mostrado contrarios al cambio de horarios, y vuelve de nuevo la espalda al colectivo docente, aunque se disculpó y dio la razón a los directores de colegio de la provincia sobre el exceso de burocracia y ninguneo al que se sienten sometidos por Educación. "Hay que tender a una administración más sencilla y no acumular complejidad administrativa pero nos va a costar. Tengo que darles la razón", dijo.

Impagos

Por su parte, los responsables tanto nacional -Jesús Muñoz-, como autonómico -Alejandro Monzonís-, de los centros de enseñanza privada, principalmente de escuelas infantiles, aprovecharon su congreso para reclamar a Catalá el pago de los retrasos en el bono infantil. Educación solo les ha pagado un mes de este curso, y les debe una media de 30.000 euros a cada escuela. "Esto dificulta la continuidad de los centros", alertó Monzonís. "La situación es dramática. Págales antes", subrayó Muñoz, además de insistir en la batalla contra la "competencia desleal de las ludotecas", dijo.

Por último lanzaron tanto a la consellera como a la alcaldesa, Sonia Castedo, también presente, otras solicitudes: la desgravación fiscal de todos los puestos escolares privados y que no se cobre el IBI a los colegios.

La privada pide mayor libertad de enseñanza

"Los centros privados deben tener suficiente libertad de acción para adaptarse a la actual situación financiera y enriquecer el sistema educativo", proclamó el presidente nacional de ACADE. "Aceptamos una regulación básica, pero necesitamos autonomía para proyectos educativos especiales", y menos rigidez con las horas obligatorias de las materias: "Darnos autonomía, no nos intervengáis tanto. Que las escuelas se especialicen en lo que quieran, deporte, música o idiomas, lo que enriquecería el sistema en pro de los alumnos excelentes".