Con el espíritu de llevar la catequesis a las calles salió anoche en estación de penitencia la hermandad nazarena, que se pasó el día preparando sus dos imágenes, Nuestro Padre Jesús y la Virgen de las Penas, y rezando para que el cielo se despejara. Una riada de vestas y capirotes morados salió de la Concatedral de San Nicolás y se extendió por el Casco Antiguo de Alicante acompañando a sus dos tronos, con el respaldo de cofrades de Aspe y de El Rollo de Jumilla, con los que se acaban de hermanar. Primero asomó del templo el Nazareno, imagen principal de la hermandad fundada en 1942, con nuevas velas de cera en sus candelabros, al son de la marcha Nuestro Padre Jesús de Nazaret repiqueteada por los tambores de Yecla. Luego la Virgen, que desfiló por primera vez tras su coronación luciendo diadema de plata y con nueva cruz pectoral, un regalo de los propios hermanos. En su emocionante salida, los penitentes rezaron por la paz en el mundo y por el nuevo Papa, «que ha llegado del otro lado del océano con un carisma impresionante y que va a ser muy revolucionario porque nos va a unir a todos en la pobreza y en el mensaje evangélico», dijo el hermano mayor, Francisco Sempere. Fueron los últimos en entrar en una animada Carrera Oficial.

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