­Haciendo esquina entre las calles San Nicolás y Miguel Soler del casco histórico, planta baja y dos plantas más, terraza con vistas a las principales torres y cúpulas de la ciudad de Alicante y en un marco histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) como es el ámbito de la Concatedral de San Nicolás. Esta es la ubicación del Palacio de Die, una antigua casa noble del siglo XVIII en la que tres empresarios alicantinos han proyectado un hotel de lujo al cambiar el pleno municipal, a propuesta del equipo de gobierno del PP, los usos socioculturales de los inmuebles protegidos de la zona.

Los hermanos Luis y Juan Carlos Castillo, así como otro empresario alicantino con negocios en la zona de El Barrio, han adquirido a la propiedad este inmueble, catalogado como Bien de Relevancia Local, la protección más importante después de la de Bien de Interés Cultural, en el que proyectan una rehabilitación completa del edificio para reconvertirlo en un hotel-boutique, como ayer confirmaron a este diario el empresario y presidente del Club de Baloncesto Lucentum, Luis Castillo, y su hermano Juan Carlos. «La idea es que sea un hotel en el que cuando uno entre se traslade al siglo XVIII pero con habitaciones y comodidades del siglo XXI», señalaron ambos empresarios.

Hasta el momento, aún no han podido solicitar la licencia, según explicaron, porque el cambio de uso del suelo aún está en periodo de alegaciones, aunque pretenden pedirla una vez acabe la tramitación, que permitirá modificar el uso exclusivo para centro social y culural de este tipo de inmuebles para permitir en ellos negocios de hostelería.

Aprobación en el Pleno

El pleno municipal del pasado 21 de diciembre aprobó someter a exposición pública, con los votos a favor del PP y UPyD, la Modificación Puntual número 3 del Plan Especial del Casco Antiguo, una modificación que pasó más bien desapercibida -se aprobó el mismo día en que los ediles rechazaron bajarse su sueldo- pese a que contemplaba «la actualización de los usos de la manzana correspondiente a la Concatedral, realizada en función del Plan Director de San Nicolás, redactado por el Ministerio de Cultura en el 2000», así como permitir «el acceso a particulares a inmuebles calificados como dotación sociocultural para la implantación de actividades terciarias, con la finalidad de posibilitar la rehabilitación total de estos inmuebles».

La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, recordó que ya se permitió un hotel como El Amérigo en un inmueble catalogado en la zona y explicó que el cambio de uso solamente afectará al núcleo del Casco Antiguo. Recordó que los edificios catalogados en el casco antiguo estaban pensados para usos públicos sociales o culturales -como el Centro 14 o el Archivo Municipal-, pero que se realizó un informe que argumentaba que las necesidades de este tipo de servicios comunitarios están actualmente cubiertas en la zona.

El gerente del Patronato de la Vivienda, Gaspar Mayor, precisó ayer que la modificación abre la puerta en tiempos de crisis a la iniciativa privada para conservar y rehabilitar construcciones importantes de Alicante. Asimismo, indicó que la supervisión para la protección del Palacio de Die será «muy exhaustiva» al tratarse de un bien ubicado en el ámbito de influencia del BIC de San Nicolás, por lo que la licencia para levantar un hotel tendrá que contar no sólo con el visto bueno del Ayuntamiento, sino también de la Conselleria de Cultura. El ámbito de influencia del BIC de San Nicolás es uno de los tres que hay en Alicante junto al de Santa María y el del Ayuntamiento. Mayor señaló que, además del Palacio de Die, se encuentra en este área como edificio catalogado con características parecidas el Palacio del Marqués de Bosch.

Veinte habitaciones

Los empresarios que han puesto el ojo en el Palacio de Die -los hermanos Castillo ya cuentan con la experiencia de la rehabilitación del hotel Casa del Gobernador de Tabarca- han manifestado su compromiso de mantener, además de la fachada y estructura, todas las barandillas, el algibe, las escaleras, manises del suelo pintados a mano, así como otros detalles, como el picaporte de la puerta de la entrada y la recuperación de la piedra original del inmueble. El hotel, de una veintena de habitaciones, contempla un restaurante en planta baja y sala de desayunos en la terraza.