La agudización de la crisis no ha hecho mella en los emprendedores alicantinos ya que a lo largo del pasado año se ha solicitado en el Ayuntamiento la apertura de casi 1.300 negocios de todo tipo. Esta cifra es similar a la de los dos últimos años y es equiparable a la de los años de mayor bonanza económica. De nuevo, bares y cafeterías encabezan la relación de las aperturas más solicitadas, aunque cada vez se amplía más el abanico de actividades.

Si el negocio de la construcción se ha ido a pique, el de los emprendedores que invierten sus ahorros en todo tipo de establecimientos se mantiene en niveles destacables. En total en la Concejalía de Urbanismo se han solicitado durante todo el año 2012 1.287 negocios.

Es cierto que un porcentaje nada desdeñable de estas nuevas actividades terminan cerrando, más temprano que tarde, aunque esta contrariedad queda empequeñecida por la constante petición de nuevas actividades, en un mercado de continuo movimiento. De la misma forma, la mayoría de las apertura son pequeños negocios, de ámbito familiar, pero contribuyen a que la actividad económica de la ciudad no se hunda en el abismo.

Muchos de los emprendedores apuestan por los negocios típicos de siempre. Todavía las cafeterías y todas sus variantes de bar con o sin cocina, con o sin música, cervecería, bar-churrería y cafetería-heladería, principalmente, son los negocios más solicitados. Junto con los restaurantes y los pubs, representan prácticamente la cuarta parte del total de aperturas solicitadas.

La crisis, no obstante, está provocando la intensificación de algunas actividades en detrimento de otras. Es el caso, por ejemplo, de los establecimientos de compraventa de oro y joyas, que ha crecido como la espuma en los últimos tiempos. Una actividad a la que recurren muchas familias con miembros en las listas del paro o que han visto reducidos sus ingresos.

Otra actividad que años atrás prácticamente no existía y que se encuentra en auge, especialmente el pasado año, es el de los comercios especializados en la venta de frutas y verduras. La crisis está propulsando esta actividad comercial que destaca por ofertar productos más baratos y accesibles a los bolsillos modestos, frente a otros productos como carnes y pescado.

Y tampoco la crisis es ajena, ni mucho menos, a los establecimientos de artículos de segunda mano. Aunque todavía son escasos, no deja de llamar la atención que se emprendan negocios de electrodomésticos ya usados, una actividad que antes de la grave situación económica podría parecer insólita.

La apuesta por la salud sigue creciendo y los problemas económicos no frenan la apertura de centros especializados en todo tipo de terapias, desde la quiropráctica hasta la fisioterapia, pasando por centro especializados en distintas partes del cuerpo o mediante procedimientos especiales.

En el lado de los negocios más originales, llama la atención la apertura de varias peluquerías especiales para perros. Más original si cabe es la de venta de productos esotéricos, aunque al final ha sido prácticamente flor de un día ya que la actividad permaneció activa apenas unos meses. Su ubicación en una pequeña calle de barrio apartada puede haber influido en su cierre.