Alegría después de tres años de penurias. El propietario del bar Els Bessones abrió el establecimiento en plena crisis y después de estar un año y medio parado con una familia a la que mantener. Tras numerosas deudas y préstamos consiguió levantar su negocio y ahora recibe una lluvia de euros, tanto él como los trabajadores del bar y otros familiares, por lo que encaran el futuro de otra manera. Ayer brindaron de nuevo por su buena suerte.