Fabrican su propio prototipo de automóvil, a partir de un molde, en las prácticas de los talleres de formación Profesional del ciclo de Mantenimiento de vehículos de Automoción y Mecánica, en el Instituto Leonardo da Vinci de Alicante y, después, le adaptan un motor de unos 35 centímetros cúbicos que funciona con etanol, bioalcohol en lugar de gasolina. Un combustible ecológico cuya meta es lograr el mayor número de kilómetros con el menor consumo. Y han logrado la plata.

En la cuarta Solar Race o carrera ecológica internacional que se ha celebrado este fin de semana en Cartagena, los alumnos alicantinos han dado el do de pecho, por delante de universitarios de Francia, Alemania, Italia, Portugal y del resto de España. Sólo les han superado los húngaros, pero como instituto son, incluso, los primeros en la categoría de biocombustibles, con 817 kilómetros por litro de etanol. Su anterior marca, que les acreditó el bronce, fue de 779 kilómetros, y la primera, de 267 kilómetros, en Berlín 2010.

Patrocinadores

Como cualquier equipo de Fórmula 1 que se precie, necesitan patrocinadores, y lo cierto es que se las ven y desean a pesar del excelente currículum que arrastran. "Son quienes nos abastecen", explica Carlos Herrero, profesor de Automoción en el IES Da Vinci. Seur les traslada el bólido al lugar de competición, Rolser y Astilleros Rico les procura material para las prácticas, en las que al cabo del año se destrozan una media de cuatro coches para que los alumnos aprendan a desmontar y montar el vehículo entero, amén de recuperar la chapa previamente golpeada y de darle el toque final de pintura correspondiente. Alicantina de Moldes colabora con los metales y hasta el Karting de Villafranqueza les cede las instalaciones para entrenarse antes de acudir a las carreras.

"Lo que más me gusta es pilotar. La sensación es nueva. He sido Alonso por un día pero de momento hago el módulo de Mecánica", comenta Aaron Carretero, a quien le apasiona manipular el coche con los profesores, cambiar las piezas estropeadas y estar listo para hacerlo en plena carrera si algo no funciona. "El poco inglés que sabes tienes que usarlo en estas competiciones y te relacionas con mucha gente".

Para que otros compañeros del instituto aprendan con la experiencia, el trabajo conjunto con profesores de Diseño, Informática y de Física y Química favoreció que les acompañaran alumnas de Bachillerato del centro en la carrera de Alemania: Belén Villar, Nerea Chaves, Cinepse y Ruth Baldo aprovecharon el temario sobre motores de propulsión para empaparse en el circuito alemán. "Nos daban fórmulas para averiguar qué logra que el motor tarde menos en arrancar", apunta Ruth.

Juan Jiménez, el segundo piloto, cuenta cómo en la anterior carrera se dieron cuenta de que mantener la aceleración y proseguir con un ritmo constante mejoraba la marca, así que la han puesto en práctica y les ha funcionado. "Cuando funciona en plena carrera te pones muy contento", relata entusiasmado. "El bioalcohol no está muy implantado en España pero en Brasil los coches funcionan así y sus niveles de contaminación son mínimos", aporta Ramón Jiménez, uno de los profesores y alma de la idea que surgió hace cuatro años de trabajar con los alumnos e implicarles en carreras ecológicas, junto a Francisco Llorca, Joaquín Valle, Lola Montoya y Javier Morena. Ayer, recién llegados de Cartagena, daban por bien empleado su trabajo extra en clase. En abril volarán a la Eco-City de Madrid y después a Francia y a Holanda.