El Ministerio de Fomento ha excluido del tijeretazo dado a las inversiones en la provincia para 2013 el pago de los trabajos pendientes a la urbanizadora de la avenida de Dénia y, además, el final de las obras que quedaron sin ejecutar del proyecto que redactó la Conselleria de Infraestructuras y que nunca finalizó debido al estallido de la crisis. En concreto, el tramo de la avenida entre el colegio Calasancio y la rotonda de la Goteta -acceso a Plaza Mar 2 y la prolongación de Alfonso El Sabio- y la mejora de la seguridad vial en el acceso desde la A-70 a la avenida por Vistahermosa. La partida presupuestaria asciende a 4.475.000 de euros y la previsión es que todo lo pendiente se ejecute en 2013.

La remodelación del viario formó parte de un ambicioso proyecto para transformar la antigua carretera de Valencia en un tramo urbano bajo el epígrafe "Nuevos accesos Alicante norte". Se adjudicó por 38 millones de euros a la unión temporal de empresas Rover-Alcisa y la obra ha conseguido agilizar el tráfico de entrada y salida de la ciudad en una avenida por la que circulan 50.000 vehículos al día. Con todo, la ejecución se tiñó de sombras al quedar fuera trabajos que ahora Fomento quiere retomar.

El tramo que necesita culminarse con más urgencia es el que conecta el colegio Calasancio con la Goteta. Una recta de unos 700 metros de longitud con dos carriles de entrada y tres de salida, pero al que le faltan la mediana, los arcenes y las aceras para los peatones, que sí existen en el resto de los tramos. Estas carencias provocan problemas de seguridad vial que en los últimos meses se han tratado de corregir colocado radares para controlar la velocidad. Aunque se trata de una vía urbana con la velocidad limitada a 50 kilómetros/hora, los conductores no suelen respetarla en ninguno de los dos sentidos. Lo que aumenta el peligro al tratarse de la zona con más movimiento de peatones, dada la proximidad del centro comercial y de un núcleo residencial pegado a la avenida. Justo en ese punto unto continúa teniendo la fisonomía de la antigua N-332.

El otro tramo a reformar se sitúa al otro extremo de la obra de remodelación. En concreto, se trata de mejorar el acceso a la avenida de Dénia desde la autovía de circunvalación A-70. Un pasillo de unos 300 metros donde concurren en sólo dos carriles todos los vehículos que llegan de la circunvalación procedentes de Murcia, Elche y San Vicente, con los que lo hacen desde Sant Joan tras haber abandonado la Ap-7. Ambos carriles desembocan en una rotonda para acceder a las playas y El Campello por un lado, y al paso subterráneo que conecta con la avenida con la entrada a Alicante. Fomento pretende mejorar ese punto por generarse situaciones claras de riesgo de accidente,a ya que los coches se cruzan sin control.

La remodelación de la avenida fue un proyecto diseñado por el entonces conseller de Infraestructuras, José Ramón García Antón, para mejorar los accesos a la ciudad y, además, embellecerlos. La obra terminó siendo titular de la Conselleria Mario Flores. La ejecución no estuvo exenta de polémica. Al tramo para el que no hubo presupuesto se unió la denuncia de la Plataforma por la Movilidad, con la que se había pactado construir carril-bici. Entre los elementos singulares la incorporó tres pasos subterráneos y una gran fuente que preside la rotonda de Jesuitas y que se convirtió en uno de los iconos urbanos de la avenida.