Ajuste sobre ajuste. La provincia de Alicante ha sido una de las principales damnificadas en los Presupuestos Generales del Estado para 2013, trasladados ayer al Congreso por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. La provincia sufre un tijeretazo del 37,8% respecto al actual ejercicio y el año próximo "solo" recibirá inversiones estatales por valor de 256,3 millones de euros -155,1 millones menos que en 2012-. Se trata de la cifra más baja de la última década y saca a relucir la agonía financiera de las arcas nacionales, lastradas en exceso por los intereses de deuda.

Las exigencias europeas de alcanzar los objetivos de déficit, no obstante, no pueden ni deben servir de excusa para esconder que, una vez más, las inversiones en Alicante se sitúan por debajo de la media estatal. Muy por debajo. El Ejecutivo central destinará una media de 271 euros a nivel nacional por habitante, mientras que en Alicante ese guarismo se desploma hasta los 132,5 euros. O lo que es lo mismo, la brecha alcanza ya los 138 euros. Casi nada.

El problema es que esta situación no es nueva. Se da a día de hoy, con un Gobierno del PP, y se ha venido produciendo durante los últimos años, cuando José Luis Rodríguez Zapatero residía en La Moncloa. Eso sí, Mariano Rajoy se ha cebado ahora con la provincia. La caída media en inversiones para el ejercicio que viene es del 16,1% en el conjunto de España, pero en Alicante alcanza el 37,8%. Una diferencia superior a 20 puntos.

Ni Valencia ni Castellón escapan tampoco a la discriminación. En conjunto, la Comunidad Valenciana es la tercera autonomía que más fondos pierde respecto a este año -solo superada por Navarra y las Islas Baleares- y sufre una caída en la inversión del 35,11%. De los 1.008 millones que hay previstos para el actual ejercicio, se pasará a los 654,45 del próximo. Un tercio menos. En los anexos de inversiones reales por provincias, donde se pone nombre y apellidos a las actuaciones que el Ejecutivo acometerá en 2013, esa cifra disminuye hasta los 648,7 millones.

Sea como fuere, la Comunidad Valenciana ha sufrido un ajuste mayor al del resto. Así se evidencia también en los cuadros estadísticos que figuran en el proyecto de presupuestos. Si este año la Comunidad ha recibido o recibirá el 7,9% del total de inversiones estatales, para 2013 ese porcentaje caerá en más de un punto y medio, hasta el 6,1%. Pese a ser la cuarta autonomía española en número de población, con más de 5.117.000 ciudadanos censados, la Comunidad tiene que conformarse con ser la sexta que más fondos recibe. Tal y como se aprecia en el cuadro superior, la superan, y con creces, Andalucía (1.632,8 millones); Castilla y León (1.587,1); Galicia (1.309); Cataluña (1.262,3); y Madrid (1.078,5).

Desplome

Además, en ninguna de ellas se han desplomado las inversiones reales con tanta fiereza como en la Comunidad Valenciana. Especialmente llamativo es el caso de Cataluña. En plena polémica por las ansias independentistas catalanas, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha decidido suavizar el recorte en sus cuatro provincias. Solo será del 10,1%, seis puntos menos que la media nacional.

Las dificultades financieras del Estado, no obstante, no han sido óbice para que el Gobierno haya decidido aumentar las inversiones en tres autonomías. Cantabria recibirá en 2013 un 30,8% más de dinero que este año (pasa de 121,9 millones a 159,55); Murcia gana un 8,75% (de 375,6 millones a 408,56); mientras que Castilla y León verá cómo se incrementan las inversiones en su territorio en un 0,14% (de 1.584,8 millones a 1.587,1).

Todos estos datos sacan a la luz que el Ejecutivo no está teniendo en cuenta -al menos de momento- las reivindicaciones de la Comunidad. Tanto el expresidente Francisco Camps como el actual jefe del Consell, Alberto Fabra, han defendido durante los últimos años la necesidad de reformar el Estatuto con el fin de blindar inversiones estatales. Ese debate, pendiente aún de ver la luz, parece no haber llegado a oídos de Madrid. O si sí lo ha hecho, se ha obviado.