Cada paso suyo es un éxito...

Sí bueno, el blog lo sigue un montón de gente y el programa de radio también, y cuando se organiza una actividad, se llena. Yo encantado y muy ilusionado también.

¿Qué les ofrece a los empresarios que van a verle, le escuchan o le leen?

Hablamos de técnicas y actividades prácticas para que los emprendedores puedan impulsar su negocio. Éste es un momento de oportunidades y hay que aprovechar ayudándose de una serie de principios y de reglas.

¿Oportunidades, con la que está cayendo?

Sí, de verdad. Claro que hay mucha gente con problemas, pero es que las empresas están para solucionar problemas. Si tú coges un problema de los que hay ahora mismo en la sociedad y te dedicas a solucionarlo, antes o después te irá bien. Lo malo hoy en día es que hay muchas empresas que solucionan problemas que ya no existen. Es como si eres el mejor haciendo cintas de VHS. Da igual porque ya no hay reproductores de VHS. Hay que identificar los problemas para poder ayudar a solucionarlos. Hoy en día la sociedad tiene un déficit muy profundo de cultura emprendedora. Ha prevalecido la vaguería, la cultura del pelotazo, el intento de escaquearse del trabajo, y eso no es cultura emprendedora.

En su libro "¿Cómo emprender con éxito?", habla de 50 errores frecuentes. ¿Alguno de los más habituales?

Hay uno muy grave que es que hay gente con talento: excelentes pintores, abogados, periodistas, mecánicos... que tienen problemas porque no son capaces de vender. En España creemos que vender es engañar, y para nada. Venderse es fundamental. Hay que ofrecer un servicio o una experiencia que satisfaga las necesidades de los demás.

Bien, pero ¿cómo se vende uno hoy en día cuando nadie te da un crédito, ni te avala?

Si tienes un producto vendido es más fácil que el banco te dé financiación. La venta hoy es una actividad clave. Venimos de una época en la que las capacidades técnicas eran fundamentales. Saber arreglar un coche o pintar una pared era lo importante, pero ahora vamos más a las capacidades que llamamos blandas, la capacidad de escucha, de empatía, la capacidad de venta, de comunicación... Ese salto se está produciendo.

Usted mismo dio un vuelco a su vida que le llevó a su actividad actual.¿Qué ocurrió?

Yo tenía una pequeña agencia de comunicación. Me fui de vacaciones y a la vuelta estaba todo hecho un desastre. Hice una limpieza de clientes y de proyectos, me quedé con lo mínimo y me dije: ya que hay problemas, voy a dedicarme a aquello que realmente me apasione y opté por dedicarme al trabajo del desarrollo personal y a la divulgación aprendiendo técnicas para ayudar a la gente. Me costó, pero hoy me dedico a aquello que soñé hace unos años. Hay muchas oportunidades para personas dispuestas a darlo todo y a dedicarse a cosas que realmente amen. El problema es que nos dedicamos a cosas que ni fu, ni fa.

¿Y cambia la vida de la gente siguiendo sus consejos?

Sí, muchísimo. Todos los días recibo mensajes de gente que me cuenta historias sobrecogedoras, pero es fácil de entender. Son herramientas que está comprobado que funcionan.

A ver, ejemplos para que lo veamos más claro.

Yo recomiendo un ejercicio que es salir todos los días, aunque sea una vez, de tu zona de confort. La zona de confort es el ámbito en que estás cómodo, en el que no te la juegas ni comprometes nada, ni tu orgullo, ni tu dinero. Nada importante en la vida ocurre dentro de la zona de confort, ni el amor, ni el dinero, ni siquiera la salud. Si yo quiero tener salud, tengo que bajar al parque todos los días y llevar una dieta equilibrada... Para conseguir el amor hay que arriesgarse. Hay que salir a la calle a que las cosas sucedan, por ejemplo llamar a ese cliente que te gustaría coger, pero que no te atreves, o a esa persona a la que quieres conocer... Y a veces funciona.

Pero hace falta mucha confianza en uno mismo.

La confianza la adquieres cuando trabajas desde la honestidad y la tranquilidad de que hacemos algo bueno.

¿Somos más receptivas las mujeres a estas técnicas?

Sí, claramente. Yo creo que el siglo XXI será el siglo del hemisferio derecho, la capacidad de escucha, la capacidad de comunicación, la empatía, la inclinación artística... son cualidades que normalmente se atribuyen a la mujer y por ello todo este cambio que hay en este mundo globalizado, todas las habilidades en teoría femeninas, triunfan. De hecho a mis cursos vienen más mujeres, y en la radio tengo una audiencia claramente femenina.

También ha lanzado un juego para "descubrir al emprendedor que llevamos dentro"...

El juego es como un libro, es lo mismo. Hemos materializado consejos clave y herramientas que a nosotros nos hubiera gustado disponer hace años. Nosotros decimos que en el siglo XX era el siglo del Monopoly. Fíjate, qué juego más absurdo. Su objetivo era ganar dinero no se sabía para qué, acumular propiedades y echar a los compañeros. No sé si eso nos dice algo de los valores de nuestra sociedad. A mí me parece muy bien que la gente se haga rica, pero ¿para qué? Yo, por ejemplo, estoy loco por montar una fundación y divulgar la cultura del emprendedor en zonas pobres, pero ganar dinero porque sí me parece ridículo. Por eso la primera pregunta que se plantea en mi juego es : ¿Para qué quieres jugar?

¿Tres consejos para empezar?

El primero es ser consciente de que te vas a morir. Hay que hacer algo significativo en la vida, si no, ¿qué les vamos a contar a los nietos? Otro consejo es coger foco: Concéntrate y escoge un proyecto significativo y no te despistes. No se pueden tener 14 proyectos juntos y llevarlos adelante. Cada día hay que dedicar un ratito a ese sueño, trabájalo un par de años y ya verás... Y el tercero, que trabajes desde tu visión, desde tu don y desde tu talento. A una empresa le va bien cuando ayuda mucho a muchas personas. Hay que poner el talento al servicio de los demás.

Supongo que todo esto vale también para la vida, para los amigos, para la familia...

El desarrollo profesional y el personal están unidos. Tu negocio no va a ir más lejos de donde vayas tú como ser humano. Cuanto más amable y generoso seas y más des a tus clientes, mejor te va a ir, y esto se decide cada día.