La falta de infraestructuras para tratar y verter la basura así como la deficiente gestión de los residuos en la Comunidad Valenciana provoca que más de 250.000 toneladas anuales de desechos procedentes de más de cien municipios de Valencia y Castellón terminen en alguno de los basureros de la provincia. Al menos cuatro de ellos, en Alicante, Xixona, Elda y Orihuela, reciben actualmente residuos procedentes de fuera de la provincia. Otros, como el de Villena, han estado recibiendo, al menos hasta hace unos meses, residuos del área metropolitana de Valencia y también de Castellón. Sobre el vertedero de Elche se han hecho públicas denuncias de los vecinos al respecto.

Además de alimentar los malos olores y las molestias que vienen denunciando numerosos colectivos vecinales y ecologistas, el flujo de residuos de fuera que llega a la provincia contribuye a engrosar un negocio millonario que en la provincia se reparten menos de una decena de empresas encargadas de la gestión de los vertederos y que, en su mayoría, están vinculadas a la construcción.

Un negocio sobre el que la investigación del caso Brugal ha puesto la lupa para desentramar los escándalos de presunta corrupción, soborno y extorsión que tienen su eje central en la gestión de los residuos de la Vega Baja y en los que se encuentran implicados desde grandes empresarios, como Ángel Fenoll y Enrique Ortiz, a políticos, como el expresidente de la Diputación Provincial, José Joaquín Ripoll.

El último vertedero en abrir sus puertas a otras provincias de la Comunidad Valenciana ha sido el de Fontcalent, en Alicante. Desde julio llegan hasta él los residuos de 93 municipios del sur de Valencia, como Cullera, Xàtiva, Alcira, Sueca y Oliva. Las 140.000 toneladas extra al año que recibirá la planta generarán un ingreso extra para el Ayuntamiento y, en mayor medida, para la adjudicataria del servicio. Y es que la empresa participada por Cespa, FCC y Enrique Ortiz percibirá dos terceras partes de los 59 euros por tonelada que pagarán los municipios valencianos por verter sus basuras allí. Es decir, se embolsará casi 38 euros por tonelada. A finales de este mes caduca la actual contrata y el Ayuntamiento, para poder hacer frente a los cuarenta millones de euros anuales que cuesta el servicio, tiene previsto incluir por contrato el tratamiento de basuras de otros planes zonales de dentro y fuera de la provincia. Hasta finales de 2010 la planta de Fontcalent estuvo recibiendo miles de toneladas de otros planes zonales de la Comunidad. Sin embargo, después de dos años de veto por las presiones vecinales, el equipo de gobierno, en una polémica decisión, decidió en junio reabrir las puertas de las instalaciones para admitir desechos de otras zonas como la provincia de Valencia, Orihuela o Elche y varias localidades más. Como advierten vecinos, ecologistas y grupos de la oposición, hasta Fontcalent llegará más del doble de la basura prevista, lo que, necesariamente, acortará la vida útil del vertedero, que ya ha tramitado su futura ampliación.

Estas basuras seguirán llegando a la planta alicantina hasta que se construyan las instalaciones pendientes en Llanera de Ranes, que asumirían las basuras de los tres planes zonales de Valencia que ahora vierten en Alicante. Un plazo que, según admite el Ayuntamiento de Alicante en un informe, podría prolongarse, al menos, ocho años. La falta de infraestructuras en la provincia de Castellón también provocó que hasta la planta de Piedra Negra, en Xixona, llegaran el año pasado 50.000 toneladas de basura del norte de la Comunidad. La apertura de la planta de tratamiento de residuos y el vertedero castellonense de Cervera del Maestre a primeros de año puso fin a la llegada de estos residuos a la planta xixonenca, que no se ha librado de las basuras procedentes de las comarcas valencianas de Los Serranos, Rinco?n de Ademuz, la Hoya de Bun?ol y Utiel. Hasta julio llegaron 50.000 toneladas de desechos del consorcio Valencia Interior, que agrupa a 61 municipios.

Seis áreas valencianas

De esta forma, son seis los planes zonales de Valencia -de los ocho que tiene- los que traen basuras a Alicante y Xixona. No obstante, también han estado llegando este año residuos de otras zonas, como del área metropolitana de Valencia, al vertedero que gestiona la empresa pública de Vaersa en Villena. Aunque existe un gran oscurantismo en torno a los datos y la gestión de los residuos en general, este diario ha podido constatar que a estas instalaciones también llegan residuos procedentes de Castellón.

La Conselleria de Medio Ambiente contabiliza oficialmente cinco plantas de tratamiento de residuos y vertederos en la provincia (Villena, Xixona, El Campello -que por ahora no recibe basura de otras provincias-, Fontcalent y Elche) y contempla como pendiente las polémicas instalaciones previstas en Orihuela. No obstante, hay que tener en cuenta que en este último término municipal se ubica parte del vertedero de Abanilla-La Murada, que gestiona Fenoll y que asume las basuras de buena parte de la Vega Baja, de algunos municipios de Murcia y de varias zonas de Valencia. Tampoco figura en la relación oficial el vertedero de Las Cañadas de Elda que, según la dirección, se encuentra en proceso de legalización. Hasta estas instalaciones llegan a diario residuos procedentes de municipios de Valencia, Castellón e, incluso, Tarragona. El Ferriol, en Elche, tampoco figura en el listado oficial por tratarse de un vertedero de inertes, aunque vecinos y ecologistas vienen denunciando que hasta allí llegan residuos orgánicos y de todo tipo procedentes de otras provincias españolas y del resto de la Comunidad, como asegura el portavoz de la plataforma vecinal, Virgilio López.

Falta de infraestructuras

La constante llegada de camiones de basura procedentes de las comarcas de Valencia y Castellón es consecuencia de la falta de infraestructuras para tratar y enterrar las basuras en estas dos provincias. Según la Conselleria, en Valencia funcionan actualmente los vertederos de Dos Aguas y el de Algimia de Alfara, que también da servicio a varios municipios de Castellón. También están operativas las plantas de tratamiento de Quart de Poblet y de Guadassuar, pero se trata de instalaciones que, una vez tratan los residuos, deben trasladar los rechazos (lo que no se ha podido reciclar) a un vertedero. Las instalaciones son a todas luces insuficientes para tratar y depositar la basura que genera toda la provincia de Valencia. Y es que, tal y como recuerda el portavoz de Ecologistas en Acción en la Comunidad, Carlos Arribas, 15 años después de que se aprobara el Plan de Residuos vigente hay numerosas infraestructuras pendientes de ejecutar. En concreto, queda por construir la planta y el vertedero de Llanera de Ranes y las de Lliria y Caudete de las Fuentes. Estas últimas, según la Conselleria, podrían comenzar a funcionar a lo largo de este año. Mientras no se construyan estas dos plantas, que darían servicio a los seis planes zonales que actualmente trasladan su basura a Alicante y Xixona, estas dos localidades seguirán asumiendo los residuos de once comarcas valencianas.

Hasta primeros de año, con la apertura de la planta de Cervera del Maestre, en Castellón únicamente disponían de la planta y vertedero de Onda, abierta desde 1998. Todavía está pendiente la construcción de las instalaciones previstas en Vall d'Uixó, que darían solución a las basuras que generan decenas de municipios castellonenses.

Mejorar la gestión

"Mientras no se construyan las infraestructuras pendientes, la provincia de Alicante seguirá siendo un punto de vertido", sostiene Arribas, quien incide en la necesidad de mejorar la gestión de los residuos para evitar que la mayoría de la basura termine enterrada en los vertederos. En ello coincide el diputado autonómico de Compromís responsable de Medio Ambiente, Juan Ignacio Ponce, quien insiste en la necesidad de aumentar el reciclaje y la recuperación de los residuos y considera que "con una adecuada gestión de residuos se pueden crear entre 50.000 y 100.000 puestos de trabajo" en la Comunidad.