­­¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre cine y pediatría?

Fue una casualidad. En el blog en el que escribo empezamos una entrada sobre este tema porque me gusta mucho el cine. Fui escribiendo, pensando que nadie me hacía caso, pero gustó y la Sociedad Española de Pediatría dio su aval para hacer un libro. La idea es estimular la docencia, la relación médico paciente... Que todos los que hacemos medicina viéramos lo que debemos hacer y lo que no a través del cine. Tiene valor también para padres y madres porque se habla de temas como la adolescencia, las enfermedades pediátricas, adopciones o malos tratos. No era tanto escribir un libro sino crear un foro para el debate y la ética.

¿Tantas películas se han hecho sobre pediatría? ¿Pensó a priori que el tema daría para llenar un libro?

Yo pensaba que se agotaría enseguida, pero cada vez tengo más películas pendientes de comentar. Cuando hablas de cine y pediatría parece que sea solo de la especialidad, pero se trata de películas en las que el niño o la familia sean protagonistas. También sobre enfermedades, adolescencia... de cada tema hay muchas películas. Aquí solo conocemos la filmografía de EE UU o España, pero Francia Italia, Reino Unido, Argentina, Colombia e Irán, tienen el cine que mejor trata la infancia. Nunca son niños artistas, son niños reales.

¿Cómo trata en general el cine el tema de la infancia?

Lo trata poliedricamente, con una capacidad de reflexión enorme. Algunas entradas del libro tratan la Guerra Civil a través de los niños. La guerra vista a través de un niño cambia respecto a otras películas del mismo tema. Cuando en el cine aparece un niño, le da una connotación diferente.

¿Cuáles son sus películas preferidas sobre este tema?

Mis preferidas son cuatro. «Bebés», una película del año pasado que trata la vida de cuatro niños de sociedades desarrolladas y subdesarrolladas, desde que nacen hasta los 18 años. La segunda es la australiana «Mary and Max», que es la que mejor ha tratado el síndrome de Asperger. La tercera es «El árbol de la vida» que habla del amor, el destino y la familia. Por último destacaría «Cartas a Dios», la vida de un niño con leucemia a punto de morir. Una película con valor humano.

Si tuviera que dirigir una película, ¿cuál sería el argumento?

El más manido es la adolescencia. Aunque me encanta la película «Slumdog millionaire», que trata la miseria como un cuento de hadas. Mi película sería algo parecido.

¿Los pediatras pueden aprender algo de las películas sobre niños?

Sí que nos pueden enseñar. El cine presenta una visión más global de la salud y la enfermedad: se ve, se oye, se siente y lo comentas... La medicina es humanista y si nos volvemos técnicos perdemos la parte más interesante de la profesión. El cine nos muestra lo que no se debe hacer y lo que se debe hacer, nos aproxima a la afectividad y para ser médico hay que ser afectivo.

¿Trabajar en una unidad de neonatos se aproxima a un argumento de película?

Sí, nuestra profesión tiene la belleza de que cada día es diferente y emocionante. Es duro enfrentarse a la salud y a la enfermedad, a la vida y a la muerte y cuando eso ocurre en niños es tremendo, porque además la mayoría de los profesionales somos padres. Es una tragicomedia impresionante.