Con un seguimiento cercano al 98,8%, las farmacias de la provincia cumplieron ayer con el primero de los dos días de cierre patronal convocados por los impagos del Consell.

Una jornada en la que los incidentes más destacados se vivieron en Torrevieja cuando seis farmacéuticos decidieron abrir sus establecimientos pese a la huelga. Otro grupo de boticarios, a modo de piquetes, se presentaron en estas boticas para instar a los propietarios a echar la persiana. Según denunciaron ayer algunos de los empresarios que no querían secundar el paro se vivieron algunos momentos de tensión que obligaron a personarse a la Guardia Civil para pedir identificaciones. Finalmente cuatro de las seis farmacias que habían abierto pese a la huelga decidieron cerrar. Uno de los promotores del grupo de farmacéuticos que instaron a sus compañeros a cerrar aseguró que su labor fue "meramente informativa" y que se trató de explicar los motivos del paro a sus compañeros. Negó en todo momento que formara parte de un piquete y defendió la "libertad de cada uno para hacer lo que quiera".

Por lo demás, y aunque el cierre de ayer se vivió de forma más tranquila que la huelga del pasado diciembre, se registraron colas en algunas de las farmacias de guardia y desabastecimiento de determinados medicamentos, sobre todo los de uso más habitual.

"Hemos tenido desde primera hora una avalancha de gente, por lo que se han agotado los fármacos más demandados habitualmente, por ejemplo para el colesterol, para la tensión o algunos antibióticos", señalaban ayer desde una de las farmacias de guardia ubicada en la calle General Espartero de Alicante. A los pacientes que no podían comprar su medicinas se les emplazaba a volver por la tarde, una vez solicitadas al almacén, "pero hay fármacos que no se pueden conseguir hasta el día siguiente y teniendo en cuenta que mañana cerramos, el cliente no los podrá tener hasta el sábado".

A media mañana la cola de clientes en esta farmacia salía hasta mitad de la calle. Mucho tiempo de espera, pero con la comprensión general de los pacientes. "Tienen toda la razón del mundo para tomar esta medida, porque este Gobierno tiene dinero para los bancos y no para la sanidad pública", señalaba María Dolores, una de las clientas.

Con todo, la de ayer fue una jornada más tranquila que el cierre patronal del pasado mes de diciembre. "Se nota que estamos en verano y hay menos gente enferma, también influye que el cierre haya sido en jueves y no en lunes como la vez anterior", explicaba la farmacéutica Isabel Colmeiro.

En toda la provincia

En la ciudad de Alicante, las farmacias de guardia que más afluencia registraron fueron las del centro de la ciudad y las ubicadas en aquellos barrios con mayor población de la tercera edad.

En cuanto al resto de la provincia, en Elche y la comarca de la Marina Baixa la situación se vivió con normalidad. En Elda, la única farmacia de guardia, la situada en la calle Ortega y Gasset, en pleno centro urbano, vio triplicada su clientela con respecto a una jornada normal. La farmacia contó con cinco operarios para atender las cerca de 100 visitas que, según los encargados de la farmacia, acudieron durante el día de ayer. Una de las operarias, la farmacéutica Susana Galiano, destacaba que la mayoría de usuarios desconocían la huelga y que muchos de ellos acudían desde otras farmacias una vez que conocían que éstas secundaban la huelga.

En Alcoy la farmacia que permaneció abierta durante toda la jornada fue la que se encuentra en la calle Escultor Ridaura. Al contrario que en la anterior huelga , el establecimiento no tuvo que atender largas colas de personas que precisaban comprar medicamentos, lo cual se debe, según el personal de la misma, a que "en esta época no hay tantas patologías como en invierno". En las áreas rurales de la zona se vivió ayer con relativa normalidad, habida cuenta de que los vecinos de la zona, en su mayor parte pensionistas fueron previsores y habían hecho acopio de sus medicinas con antelación. La de Benifallim, un pueblo de un centenar de habitantes, era ayer la única farmacia que prestaba servicio en un área configurada por siete núcleos poblacionales: Benilloba, Penàguila, Alcoleja, Beniafé, Benasau, Ares del Bosc y el propio Benifallim. La propietaria, Francisca Miralles, explicaba que "el de hoy ha sido un día prácticamente normal en el que no se ha notado un aumento de la clientela". Respecto al problema que afecta al colectivo, destacaba que a las farmacias rurales también se les adeudan tres meses, con el agravante de que casi todas sus ventas son recetas.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Alicante, Jaime Carbonell, exigió ayer que el Consell les pague otra de las mensualidades que les debe (120 millones) antes de finalizar junio para no adoptar nuevas medidas de presión.

Deuda de 160 millones

Carbonell recordó que la deuda con las farmacias de la provincia alcanza los 160 millones desde febrero y reiteró la necesidad de contar con un calendario de pagos, "porque la situación es del todo insostenible". El presidente de los farmacéuticos se preguntó "qué hace la Generalitat con los 120 millones que cada mes paga el Gobierno central por las medicinas que se dispensan en la Comunidad". Un extremo rechazado ayer por la Conselleria de Sanidad que niega que el Ejecutivo pague por los medicamentos dispensados en la Comunidad y asegura que estos son financiados por la Generalitat a través de los impuestos.

Información elaborada por: P. Alberola, M. J. Mora D. Pamies, S. Giménez, M. Vilaplana, C. Serrano y N. Soler.