Estudiar una carrera universitarias en Alicante o en Elche costará un mínimo de 400 euros más el curso que viene. El precio de los grados en primera matrícula oscila entre los 800 y los 1.400 euros, de modo que con la subida de tasas prevista por la consellera Catalá se pagarán entre 1.000 y 1.900 euros.

La titular de Educación se decantó ayer públicamente, en una tertulia en Madrid, por aumentar al 20% el coste de la primera matrícula, en la mitad de la tabla que contempla el decreto, del 15% al 25%. Sin embargo, ante los rectores de las cinco universidades públicas valencianas sopesó que se ve "obligada" a optar por la subida de la "parte alta de la banda" en el resto de las tasas, que se refieren a las segundas, terceras y cuartas matrículas que el decreto fija en un 40%, 75% y 100% de subida respectivamente.

Los rectores hicieron hincapié en que las primeras y segundas matrículas se dejen en la "zona baja" del aumento que propicia el decreto para que no se pierdan posibles talentos por falta de dinero, pero se mostraron favorables a penalizar a los suspensos.

Catalá calculó con la subida de tasas un ahorro de 50 millones de euros para el Consell, aunque prefirió poner el acento en reconducir el mapa de titulaciones para que "no se dupliquen en universidades cercanas. Deberán cooperar para impartir los grados", dijo. Este extremo podría afectar de manera significativa a los centros de Alicante y Elche donde se imparten a un tiempo casi una decena de carreras en un radio de 20 kilómetros: Derecho, Telecomunicaciones, Ingeniería Informática, Administración y Dirección de Empresas, Relaciones Públicas, Marketing, Relaciones Labores y Recursos Humanos, Ciencias del Deporte.

Respecto a la Formación Superior de grado superior, no descartó que deje de ser gratuita como se ha sugerido desde el ministerio.

César y Astérix

Los dos candidatos a rector por la Universidad de Alicante, que compiten por lograr los votos el próximo día 8 de mayo y sustituir en el cargo a Ignacio Jiménez Raneda -quien ha agotado el plazo máximo de ocho años de mandato- se suman a los rectores actuales en su oposición a la subida de las tasas. Ayer hicieron públicos sus programas con gran pompa y despliegue de medios por parte del catedrático de Lenguaje y Sistemas Informáticos, Manuel Palomar, y como una humilde alternativa el catedrático de Ingeniería Química, Antonio Marcilla.

La puesta en escena de sus respectivas candidaturas evidenció las fuerzas de cada uno: Palomar cual Julio César, como si dirigiera las tropas del Imperio romano contra el reducto de los galos de Astérix-Marcilla, al frente.

Palomar concitó a la práctica totalidad de actuales cargos universitarios y a un nutrido número de profesores y administrativos que abarrotaron el salón Alfredo Orts de Óptica, uno de los escenarios de más reciente construcción en el campus. Su oponente, Marcilla, eligió el salón de actos de la Politécnica que ya ha cumplido los 25 años y con un aforo más reducido, aunque acabó por llenarse de incondicionales que le felicitaron por su "valentía". Si algo les unió, pese a sus diferencias, fue la ausencia de alumnado en ambos casos.

A escena

Palomar habló de pie ante los asistentes y al lado de una larga mesa que sólo utilizó para proyectar en una pantalla el primer video de campaña que concluyó con el lema "Esta Universidad nos une". Concluyó su exposición con música, a lo campaña política americana, provocando el aplauso unánime de los asistentes. A su equipo los nombró uno a uno para que subieran al estrado: los actuales decanos Amparo Navarro, Juan Llopis y Nuria Graé para Investigación, Relaciones Internacionales y Alumnado respectivamente, los vicerrectores Cabezuelo y Cecilia Gómez para Ordenación Académica y Estudios, Mónica Martí para Economía, Carles Cortés en Cultura, Rafael Muñoz en Campus y Sostenibilidad, Francisco Maciá en Tecnologías de la Información y María José Rodríguez como delegada de Igualdad, junto a la vicerrectora Calzada como Secretaria General y Rafael Pla como gerente.

Marcilla, a solas en la mesa presidencial y ante una pantalla en negro sobre la que aparecía el escueto mensaje "Escuela Politécnica", situó a su equipo en la primera fila de asientos: Ángela García y María Ángeles Castro para Investigación y Alumnado respectivamente, Pero Boj y Eduardo Seva para Ordenación Académica y Relaciones Institucionales, María Dolores Vargas para Cultura, María Jesús Ferrer para Infraestructuras, Alfredo Masó para Economía, Felipe Renart como Secretario y Carles Pérez como Gerente. Cerró su discurso con el lema: "La Universidad, en buenas manos", poniendo el acento en que el "decretazo" deja escaso margen para la innovación.