La presidenta de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante, Cristina Rodes, presentará hoy a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, un informe elaborado ayer de urgencia por los hoteleros sobre las consecuencias, negativas según los industriales, que ha tenido para la imagen de la ciudad de Alicante el macrofestival de música celebrado en el recinto de la Volvo el pasado fin de semana. Rodes denunció ayer que el inmenso trasiego de gente por la Explanada, el puerto y los alrededores de la zona donde se celebró el «Spring Festival» convirtió todo el entorno en un inmenso basurero, sobre todo el sábado por la noche y la madrugada del domingo, en la que se sucedieron los «botellones» fuera del recinto acotado y contratado por los organizadores del festival. En la zona están abiertos dos hoteles de cuatro estrellas con más de 700 habitaciones, el 20% de la oferta de alojamiento de la ciudad y en plena fachada marítima.

Los promotores del evento apuntaron, por su parte, que pagaron por el espacio contratado al puerto en la zona Volvo (7.000 euros), limpiaron el recinto, dieron trabajo a 300 jóvenes, tuvieron servicio de seguridad y no se responsabilizan de lo que sucedió puertas afuera, donde las competencias son de la policía portuaria y la Local, según advirtió ayer Lalo Díez, director del festival. Díez invitó al Ayuntamiento a convocar una reunión de urgencia para «buscar soluciones y que me digan si podemos despreciar un evento que ha generado buenos ingresos a la ciudad. Los primeros perjudicados por los botellones fuera del recinto fuimos nosotros».

Cristina Rodes, presidenta de los hoteleros no compartía su opinión. «Llevamos años denunciando que festivales de este tipo hunden la imagen de la ciudad como destino turístico y nos plantan uno a las puertas de Semana Santa. Y lo decimos por las molestias a los cliente de nuestros hoteles, que también, sino por el desmadre que se produce», denunció Rodes. «No estamos en contra del festival pero debe buscarse otra ubicación».

Por otro lado, la Concejalía de Seguridad Ciudadana continúa con su cruzada contra el botellón que desde principios de año ha supuesto la imposición de 1.629 sanciones, 917 de ellas solo en marzo frente a las 270 de febrero, y 442 de enero.

En marzo se interpusieron sanciones sobre todo en la zona del casco antiguo, en el parque de la Ereta y parque de la Tuna. También se actuó contra el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública en la Explanada, en la plaza de Calvo Sotelo, Paseíto de Ramiro, avenida Jaime II, paseo de Gómiz, Postiguet, plaza del Mar, plaza del 25 de Mayo, parque de Canalejas o plaza Nueva y de Balmis, entre otras.

Asimismo, se levantaron quince actas en por orinar en la calle, en la Plaza Quijano y en las calles San Isidro, San Andrés, San Nicolás, San Agustín, San Pascual, Maldonado.

En marzo, el primer fin de semana se interpusieron 302 actas; el segundo, 62 actas; a mediados de marzo, 214 actas; el fin de semana del 23 de marzo, 93 actas; y el pasado fin de semana se interpusieron 246 actas. En total, se decomisaron 339 litros de alcohol.

El concejal Juan Seva señaló que se actúa contra el botellón porque es ilegal y por un motivo de salud pública para evitar una práctica de riesgo en los jóvenes. El fin de semana se quedó corto