Una hora y media aproximadamente duró ayer la reconstrucción policial del suceso registrado la semana pasada en una vivienda del barrio de Ciudad de Asís, donde una mujer rescatada del fuego con sus dos bebés denunció que había sido víctima de un asalto y que tras ser agredida y atada de pies y manos el agresor prendió fuego a la casa con ella dentro. La Policía Nacional continúa investigando las circunstancias del suceso ocurrido en la calle Jaime Niñoles y no descarta ninguna hipótesis sobre lo sucedido. El marido de la mujer rescatada del incendio, Antonio, siguió desde la calle la reconstrucción y, en declaraciones a este diario, reclamó que "se averigüe cuanto antes quién ha sido". Antonio y su mujer Inmaculada pudieron revisar la casa una vez concluyó la reconstrucción y recogieron la ropa de los niños que no se había quemado.

En la reconstrucción policial estuvieron presentes agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Judicial, de la Policía Científica y de la Unidad Canina de Madrid, donde disponen de dos pequeños perros especializados en la detección de acelerantes en incendios.

Los agentes fueron alternando los perros y el resultado final de las inspecciones fue que no detectaron indicios de acelerantes en la vivienda.

Inmaculada explicó a este diario que estuvo explicando a la Policía cómo sucedió todo y les mostró la puerta dañada de su habitación porque asegura que su agresor estuvo dando patadas cuando se refugió allí con sus bebés.

Inspección

Los especialistas de la UDEV y de la Policía Científica trataron de reconstruir todos los hechos desde el momento en que, siempre según el relato de la mujer, llamaron a la puerta y la agredió una persona encapuchada.

El marido de la mujer rescatada aseguró anoche a este diario que han podido localizar a una persona que supuestamente vio al autor del incendio y la llevarán a Comisaría para que testifique.

Su esposa señaló que hace unos días "me paró en la calle un supuesto policía que quería que me fuera con él para hacerme unas preguntas en la casa". Sin embargo, ella rechazó acompañarle a la casa incendiada porque se negó a mostrar su identificación policial y luego preguntó en Comisaría y le dijeron que no habían mandado a ningún agente y que probablemente participaron dos personas en los hechos.

Cuando se marchó la Policía, Antonio e Inmaculada comenzaron a inspeccionar la casa para ver qué podían salvar. La cocina, el salón y una habitación estaban arrasados por el fuego, pero aún así Antonio sonrió cuando abrió una maletín chamuscado y dentro había fotografías de sus hijos que no se habían quemado. No ocurrió lo mismo con el ordenador portátil que le regaló su padre una semana antes de morir. Estaba medio derretido por el efecto del fuego y probablemente no podrá recuperar el contenido del disco duro.

Al menos en las habitaciones del fondo pudieron recuperar la ropa de sus cinco hijos, que no resultaron afectados por el fuego. "Son muchos recuerdos", se lamentaba Inmaculada cuando veía los restos del salón de su casa, destruido por las llamas.

Además de la mujer rescatada con sus bebés, otros cuatro vecinos del tercer piso que quedaron atrapados salvaron sus vidas gracias a la rápida y eficaz actuación de los bomberos.