Cada vez más pobres. Y cada vez más alejados de la media de España. La renta por habitante de la Comunidad -los ingresos con los que cada ciudadano cuenta anualmente- cayó en picado en relación con la del resto del Estado durante los últimos ocho años, coincidiendo con la etapa de Francisco Camps en la Generalitat y arrastrada por el impacto de la crisis económica, según se desprende del análisis de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) desde 1995. Cada valenciano, de hecho, dispone de un volumen de ingresos 2.600 euros inferior la media del resto de España, una distancia que se ha agrandado sin remisión año tras año hasta el punto de que los indicadores de 2009 y 2010, los últimos disponibles, son los peores de la última década y media, un elemento más del complicado escenario de una Comunidad en situación de quiebra técnica y con más de 600.000 parados.

Los datos del INE no son nada positivos y evidencian que, ni siquiera durante los años de bonanza, el Consell, en manos del Partido Popular desde 1995 y especialmente durante la última etapa de Camps, fue incapaz de generar actividad y riqueza para situar la renta per cápita de la Comunidad en los niveles del resto de España y facilitar mayores recursos a los ciudadanos para poder abordar el "día a día". Cuando el socialista Joan Lerma abandonó la presidencia de la Generalitat en 1995, cada valenciano disponía anualmente de 10.813 euros, cinco puntos y 541 euros por debajo de la media del resto del Estado.

Ese indicador que mide el nivel de riqueza de la ciudadanía se mantuvo, con algún altibajo, al alza durante los casi dos mandatos que Eduardo Zaplana -dejó la jefatura del Consell nueve meses antes de que expirara su segunda legislatura- completó en la Generalitat. Cuando Zaplana se marchó a Madrid para hacerse cargo del Ministerio de Trabajo, el porcentaje -aunque continuaba por debajo de los niveles del resto del Estado- había subido medio punto y la diferencia de la renta per cápita de los valencianos con la media de España era de 759 euros. Y entonces llegó Francisco Camps, designado por Zaplana como su sucesor en el PP y elegido, por vez primera, presidente de la Generalitat en las eleciones autonómicas de 2003. Fue un punto de inflexión. A partir de ese momento, las familias de la Comunidad perdieron capacidad económica frente a las del resto de España.

Desde entonces, la renta por habitante de la Comunidad ha caído en picado a medida que la Generalitat aumentaba su endeudamiento, alimentaba sus dificultades financieras y que la crisis del modelo económico de la Comunidad -con la construcción, entonces, como locomotora- empezaba a hacer aguas sin remisión. Con la llegada de Camps, la diferencia con el resto de España se empezó a ensanchar año tras año. En los dos últimos mandatos, el PIB per cápita cayó en siete puntos y la distancia, en valores absolutos, con la media española se ha mulplicado a la baja por 2,5. Entonces, la renta por habitante de la Comunidad era de 16.891 euros frente a los 17.650 de la media de España. En 2003, coincidiendo con el arranque de la gestión de Camps, esa diferencia ya se instaló por encima de los 1.000 euros. Y ya no ha hecho más que bajar. Durante los dos últimos años, se han registrado los peores indicadores, doce puntos por debajo de la renta per cápita de la que disfrutan los habitantes del resto del Estado y con una diferencia que ya ha llegado a superar los 2.600 euros, casi medio millón de las antiguas pesetas, tal y como se puede apreciar en el gráfico anexo que acompaña esta información.

Menos recursos

Cada valenciano dispone, en estos momentos, de unos 2.600 euros menos que la media del resto de España para afrontar una situación crítica y tratar de sortear una crisis que, a día de hoy, azota a la Comunidad con toda su virulencia. Un dato que, desde luego, lastra el consumo y, con ello, la posible recuperación económica. Las "recetas Merkel" con fuertes recortes pero sin políticas de estímulo económico no contribuyen a mejorar la renta de los valencianos. Esos ajustes del Consell, con subidas de impuestos y ajustes de sueldo, van a reducir también los recursos disponibles y, por tanto, rebajaran las opciones de que, a medio plazo, fluya el dinero y la actividad. Ese es el panorama que Camps dejó como herencia a Alberto Fabra, que, al menos hasta ahora, se ha mostrado impotente para atajar la situación. Pese a enmendar la gestión de su antecesor, sólo capea el temporal.

La falta de crédito disponible para las familias -ejemplificada en este indicador- es un elemento que se suma a las dificultades financieras de la Generalitat, que arrastra una deuda financiera muy superior a los 20.000 millones, a 4.335 euros por barba.

De momento, apuntaron fuentes del Consell, durante 2012 continuarán los ajustes para controlar el déficit, el tercero más alto de toda España y más del doble que la media. Los primeros meses del año, explicaron desde la Generalitat, se dedicarán casi en exclusiva a poder saldar las facturas pendientes con proveedores, una deuda que alcanza ya los 3.200 millones. Hasta después del verano, explicaron estas mismas fuentes autonómicas, no se iniciarán las políticas de estímulo económico, aquellas que, en estos momentos, pueden generar empleo, aumentar los niveles de renta ciudadana -inferiores a los del resto de España- y, por tanto, que faciliten potenciar la actividad.

"El exceso y la política de cartón piedra se acaban pagando"

El diputado por Alicante y portavoz de Economía del PSPV en las Cortes, Julián López Milla, de acuerdo con los datos, se quejó amargamente de la distancia que, durante los años de mandato del PP, se ha abierto con el resto de España en un elemento clave como es la renta ciudadana. "Es evidente que cada vez somos más pobres con relación a la media del resto de las autonomías. Desde luego, los años de excesos en grandes eventos y de decorados de cartón piedra se acaban pagando. Pasan factura", aseveró el parlamentario socialista. En opinión de Julián López Milla, la Comunidad, a lo largo de la última década y media, ha ofrecido una "imagen" centrada en los grandes eventos -America's Cup, Volvo Ocean Race, torneos de golf, campeonatos de hípica, Fórmula 1...- detrás de los que, apuntó, "no había absolutamente nada". Para el diputado del PSPV y responsable de Economía, los sucesivos gobiernos del PP "no pensaron en poner el acento en lo más importante y se centraron en cuestiones efímeras". El parlamentario socialista se ha mostrado, durante las últimas semanas, muy crítico con la situación financiera de la Generalitat hasta el punto de que, a su juicio, en estos momentos, los problemas económicos del Consell y su situación de colapso están "frenando" la recuperación económica y la creación de empleo. Julián López Milla es firme partidario, entre otras cosas, de dar carpetazo a la actual política de grandes eventos para dedicar todos los recursos posibles a pagar a los proveedores y crear empleo, actuaciones que pueden acabar elevando la renta ciudadana y así, por extensión, reavivar el consumo y activar la confianza, ahora por los suelos. P. r. f.