La elección de los 87 delegados valencianos para el cónclave del PSOE de Sevilla se vivió ayer como un ensayo general del congreso nacional de Alicante del que saldrá el nuevo líder del PSPV. Y a falta de un claro ganador, sí hubo un perdedor: el actual secretario general, Jorge Alarte. La derrota de Alarte se fraguó en el congresillo de la provincia de Valencia, su feudo y el de uno de sus principales apoyos, la secretaria provincial Carmen Martínez. Finalmente, hubo tres listas y las dos integradas por los críticos con Alarte sacaron más del 65% de los votos.

El secretario general arriesgó en la negociación con los afines a Puig para consensuar una candidatura única. Ofreció menos delegados de los que estos se atribuían, no hubo acuerdo y la votación terminó convertida en un plebiscito sobre Alarte, poniendo sobre la mesa cuáles son las fuerzas de cada sensibilidad del partido a poco más de dos meses del congreso nacional. Y Alarte evidenció su debilidad.

La lista más votada, con el 43% de votos y 25 delegados, fue la encabezada por José Manuel Orengo y que incluía, además de los afines a Ximo Puig, a los ciscaristas, al sector de la UGT-FSP y a los seguidores de Manolo Mata, que también quiere liderar el PSPV. Mata negoció hasta última hora con Francesc Romeu, pero finalmente integró la lista ganadora.

Romeu, precisamente, encabezó la tercera lista en discordia. No aceptó integrarse con el secretario general y tampoco quiso unirse al frente anti-Alarte del neolermismo y Mata. La apuesta le salió bien, por poco, ya que logró el 21,8% de los votos que le dan 9 delegados.

La victoria de los lermistas también fue rotunda en Castellón, donde se votó una lista única. Con estos guarismos, el reparto en la Comunidad queda así: habrá 50 delegados afines a Chacón, 28 próximos a Rubalcaba y los nueve de Romeu, que aún no se han definido.