Estaba el abogado de la acusación popular en el uso de la palabra cuando al exjefe del Consell se puso a consultar el móvil. Dado que la advertencia por parte del presidente del tribunal para que dejara de hacerlo cayó en saco roto, fue la agente judicial la que se acercó a Camps para pedirle que guardara el aparato. Tras hacerlo sin demostrar ninguna prisa, el acusado se permitió llamar a la agente moviendo el dedo índice, momento en que el magistrado, en lo que se ha convertido ya en algo habitual en este juicio, volvió a amonestarle. "Señor Camps, voy a acabar echándole de la sala, estamos escuchando un informe, si no le interesa...", le espetó Climent visiblemente molesto. Costa, mientras tanto, tomaba nota con un boli Bic cristal y su Casio de plástico en la muñeca. Por la tarde estuvo consultando la Ley del Jurado.