"Estaban en la cena de gala cuando sintieron un fortísimo golpe que hizo temblar todo el barco. Se fue la luz y enseguida empezó el nerviosismo entre los ocupantes del crucero. Mi padre fue hacia su camarote para ponerse, junto a su pareja y el hijo de ésta, sus respectivos chalecos salvavidas". Las palabras, aún entrecortadas por el nerviosismo de las últimas horas, las pronunció ayer Silvia, hija de Pablo Lázaro Juan, uno de los al menos siete alicantinos que salvó ayer su vida tras ser rescatado en helicóptero cinco horas después de que el "Costa Concordia" sufriera el incidente que provocó su naufragio.

La hija de Pablo Lázaro, uno de los supervivientes, explicaba ayer la experiencia que le relató su padre durante la madrugada del viernes al sábado, instantes después de ser evacuado en helicóptero desde el casco del barco hasta una base militar cercana al lugar del suceso. Juan Lázaro, jubilado alicantino de 64 años, se embarcó en el "Costa Concordia" el pasado 9 de enero en Barcelona y disfrutaba del crucero por el Mediterráneo en compañía de su pareja, Ana Mercedes Pernalete, y del hijo de ésta, Edgar Jonás Ríos. Los tres esperaban poner el punto final a su viaje a principios de la próxima semana, en el puerto de Barcelona. Sin embargo, todo cambió de manera precipitada la noche del viernes. "Mi padre me contó que el barco estaba demasiado cerca de la costa, lo que sorprendió a los viajeros. El capitán, tras el impacto, les dijo que no pasaba nada, pero pocos se lo acabaron de creer. El incidente sucedió pasadas las nueve de la noche frente a la costa italiana, pero hasta las tres de la madrugada no fueron rescatados. Ellos incluso tuvieron que andar sobre el casco del crucero, me cuenta que ha sido una experiencia imposible de olvidar", explica la hija de Lázaro.

Su padre y sus dos acompañantes pasaron la jornada de ayer en una base militar, "tapados con mantas y comiendo galletas".

"Mi padre, por suerte, ha salido ileso del suceso, pero nadie le quitará el trauma de ver cómo su vida ha estado en serio riesgo. Me explicó que todo lo vivido a bordo se pareció mucho a lo que se ha contado del Titanic. Además, me reconoció que se sentía muy dolorido y que tenía golpes por todo el cuerpo, que se debió producir al intentar ponerse a salvo en el barco", narra Silvia, todavía con el miedo en el cuerpo.

"Nos decían que no pasaba nada y el barco se estaba hundiendo"

Carlos Peñacova, uno de los 177 españoles que viajaba en "Costa Concordia", criticó que la tripulación del barco les engañara y les dijera que no pasaba absolutamente nada cuando el barco se estaba hundiendo. Aseguró que llegó incluso a temer por su vida, sobre todo cuando veía que el bote salvavidas en el que se encontraba se estaba "llenando bastante" de agua. Tras criticar el caos y el "descontrol" que se ha producido en la evacuación, Peñacova denunció que no recibieron instrucciones de emergencia y que, por eso, la gente iba al bote salvavidas que tenía más cercano, incluso "cuando estaba lleno", y no al que le correspondía. Además, incidió en que "nos decían que no pasaba absolutamente nada y el barco se estaba hundiendo". Otro pasajero español, Justo, de Mallorca, relató que "fue lo mismo que el 'Titanic'. Tuvimos que ver cómo cuando evacuábamos en barcas, otras se nos venían encima. En la nuestra tuvimos suerte porque una solo llegó a dar en la parte frontal y por fortuna no volcamos". EFE