Al final, el león no era tan fiero como lo pintaban. Se cumple un año de la entrada en vigor de la Ley Antitabaco y las quejas de fumadores y previsiones alarmistas de quienes auguraban un cierre masivo de bares y restaurantes han dejado paso a un escenario de normalidad. Los hosteleros aseguran que los clientes siguen saliendo pese a no poder encender un cigarrillo mientras comen o toman una copa y las exigencias de la norma se han relajado en algunos contextos, como en las grandes celebraciones, donde de común acuerdo entre los participantes se está permitiendo fumar. Pero lo más importante es que, desde la entrada en vigor de la primera Ley Antitabaco en 2005, los ingresos por asma, infarto o enfermedad pulmonar obstructiva continúan descendiendo.

En el caso de los infartos, los días de ingreso cayeron un 6,6 en 2010, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Una tendencia que parece mantenerse en 2011. "Están disminuyendo los casos, no sólo por el tabaco, también por la mejora de los hábitos en la alimentación y de los tratamientos que se aplican a los enfermos", señala Vicente Bertomeu, jefe de Cardiología del Hospital de Sant Joan. Sin embargo, Bertomeu apunta que quienes están abandonando el tabaco son, sobre todo, las personas de mayor edad, "mientras que el consumo aumenta entre los jóvenes y la incidencia que en su salud aún no se puede medir". De forma paralela, los días de ingreso por asma han caído en el último año un 10% en los hospitales de la provincia. Igual que las estancias por la enfermedad pulmonar obstructiva, relacionada directamente con el tabaco, que han caído un 6%.

Consultas

Por otro lado, hasta las consultas de los especialistas cada vez llegan más personas que quieren dejar el tabaco. Es el caso de la Unidad de Tabaquismo del Hospital de Sant Joan, en la que el número de pacientes ha aumentado un 25% en tan solo un año. En este servicio se atienden los casos más difíciles, pacientes "con patologías cardiacas o respiratorias y que son grandes fumadores", señala Eusebio Chiner, jefe de Neumología del centro sanitario. Anualmente, 250 nuevos pacientes pasan por esta unidad y un millar siguen en mantenimiento.

Pero donde mejor se le puede tomar el pulso al hábito del tabaco y al impacto que ha tenido la ley es en los propios estancos. Su facturación en la provincia ha caído en el último año un 6,4%, según los datos aportados por Fernando Molina, responsable en Alicante de la Organización Nacional de Asociaciones de Estanqueros. Se compra menos tabaco, pero además cambian los hábitos de los fumadores que cada vez más buscan alternativas para que el "vicio" salga menos caro. "La venta de cigarrillos ha bajado, pero por contra ha aumentado la de cigarritos -pequeños puritos- ha aumentado considerablemente porque son mucho más baratos que las cajetillas normales". Pero si de ahorrar se trata, el tabaco de liar no cesa de ganar adeptos. "En el último año las ventas han crecido un 320%, sobre todo en el caso del tabaco de pipa, que es el más económico, y que se ahora se consume liado en cigarrillo", señala Molina.

Sanidad ha tramitado en el último año 340 denuncias en la provincia por vulnerar la Ley Antitabaco, de las que 184 son expedientes en marcha. La conselleria ya ha resuelto 94 expedientes, de los que 89 han conllevado sanción. La multa mínima, señalan desde Sanidad, "ha sido de 30 ? y la máxima de 1.800 ?". La mayoría de las denuncias, señalan fuentes sanitarias, han sido interpuestas por la Policía. También destacan los expedientes abiertos a varios "clubes de fumadores" que no cumplen los requisitos y a salas de juego que cuentan con zonas para fumadores, algo que la ley no permite.

Los restaurantes con terraza, los menos perjudicados

Iban a ser en principio los más perjudicados, pero los hosteleros alicantinos destacan la normalidad con la que se ha vivido este primer año de Ley Antitabaco. "Nuestros clientes se han amoldado sin mayores problemas", explica Antonio Pérez, responsable del restaurante Dársena, quien además percibe "que la gente cada vez sale menos a la calle a fumar y aguantan hasta que se van del restaurante". Sin embargo, los locales que más se han beneficiado de la norma son aquellos que tienen terraza. "Antes apenas la usábamos en invierno, y a ahora está siempre llena", explica Jorge Mena, del restaurante Capri. En este establecimiento no sólo no han perdido clientes, sino "que ahora los comensales nos agradecen poder disfrutar de los platos sin tener que respirar el humo de la mesa vecina". En el extremo contrario están aquellos restaurantes que habían hecho reformas para adaptarse a la primera ley y que además no cuentan con terraza. Es el caso del Racó del Pla, donde "teníamos un espacio adaptado para los fumadores", explica su propietario José Gómez. Para este hostelero "entre la Ley Antitabaco y el aumento de los controles de alcoholemia el negocio ha caído un 10%". De manera similar opina Silvia Castelló, del Nou Manolín, para quien esta norma "debería haber entrado en vigor más tarde". Aunque asegura que los clientes la aceptan de buen grado, "deberían permitir que los restaurante contáramos con apartados, sin servicio, para los fumadores".