Un encargado del establecimiento donde Francisco Camps y Ricardo Costa encargaron prendas supuestamente pagadas por la trama Gürtel admitió que Orange Market les pidió falsificar las facturas para que no constaran los trajes que pagaban. El testigo, Javier García Fernández, incidió en que los importes pagados correspondían a ventas reales pero se ocultaron como si fueran metros de tela o uniformes para trabajadores. García también reconoció que tres empresas de la red -Servi Madrid, Diseño Integral y otra firma que no reveló- saldaron mediante varias transferencias una cuenta pendiente de 30.678 euros bajo el nombre del números dos de Gürtel -Pablo Crespo- y de Álvaro Pérez, «El Bigotes», que incluía prendas de Camps, Costa, Campos y Betoret.

El encargado de Forever Young (que también trabajó en Milano) precisó que el consejero delegado de Orange Market le indicó una vez mediante un correo electrónico del 17 de junio de 2008 y una segunda vez a través de una conversación telefónica los conceptos que debían constar en las facturas.

Javier García precisó que en una de las facturas pusieron 200 metros cuadrados de tela blanca para tapizar y 25 uniformes para el personal de la feria de turismo Fitur. El testigo admitió que en la tienda ni vendía tela ni uniformes, pero aseguró que con los importes se pagaron deudas por compras reales en la tienda. El jurado pudo observar la factura por los 200 metros cuadrados de tela y los uniformes, que ascendía a 19.800 euros.

El encargado puntualizó que el sastre José Tomás y los directores de la tienda Forever Young les ordenaron que redactaran las facturas como las quería Orange Market. José Tomás le indicó que no se preocupase de nada. «Me dijo: haz esta factura con los términos que te den porque ya sabes que tengo un problema con los pagos a cuenta y hay que saldarlos», manifestó. Javier García se refería con los pagos a cuenta a las deudas generadas con los trajes de Camps y Costa, y que supuestamente no habían sido abonadas. El testigo advirtió que desconocía si las facturas falsas eran para desgravar o para tapar ventas para Camps.

Los miembros del jurado observaron una cuenta pediente de pago de 30.678 euros, en la que se atribuían 10.000 euros en prendas a nombre de Crespo y El Bigotes, y el resto se repartía en diferentes cantidades a nombre de los cuatro procesados en la causa: Francisco Camps, Ricardo Costa, Víctor Campos y Rafael Betoret. El testigo admitió que recibió las transferencias de Servi Madrid, Diseño Integral y una tercera que no recordaba -todas vinculadas con la red- y ordenó a la cajera que saldara la cuenta en la que aparecían los nombres de los dos acusados. «Se fue descontando hasta que la deuda quedó a cero», concluyó.

La carta de Hinojosa que firmaron todos

Eduardo Hinojosa, dueño de Forever Young, hizo firmar a los responsables de la tienda un carta para desacreditar al sastre José Tomás. Hinojosa actuó después de que el sastre asegurara que Camps no se pagaba los trajes. Javier García -que sigue trabajando para Forever Young y que durante el interrogatorio se mostró muy cauto- admitió que su jefe le pidió que la rubricara. «Firmé la carta. Firmamos todos lo directores de tienda. La carta decía que José Tomás hacía facturas falsas», apuntó. El testigo admitió a preguntas de la acusación que sabía que un juzgado le dio después la razón al sastre. Durante la primera parte del interrogatorio, el testigo se mostró olvidadizo y reacio a responder. La situación cambió cuando tomó la palabra el abogado de la acusación particular -que en nombre del PSPV ejerce Virgilio Latorre- quien le recordó su obligación a decir la verdad. El juez que preside el juicio también llegó a pedir a Javier García que respondiera con claridad a las preguntas que le estaban haciendo.