Tenían que saber de qué pie cojeaban y ni acusaciones ni defensas escatimaron tiempo ni preguntas para intentar averiguar las posibles debilidades de los 19 candidatos a formar el jurado popular que emitirá el veredicto sobre el exjefe del Consell, Francisco Camps, y el actual coordinador de Economía del PP en las Cortes., Ricardo Costa.

Eliminados diez por el azar de un bombo, las partes personadas se centraron en los 19 restantes de los que bien entrada la noche salieron los nueve miembros del primer tribunal que va a juzgar a un expresidente de la Generalitat por un delito de cohecho. Serán seis hombres y tres mujeres (con dos sustitutos, uno de cada sexo) los que a partir de hoy y durante al menos dos semanas se sienten en la sala de vistas del Tribunal Superior de Justicia en la que se dirimirá el caso de los trajes.

Desde su opinión acerca del aborto o los matrimonios gays (preguntas formuladas por el representante de la acusación popular) hasta los periódicos que leen, los aspirantes a miembros del jurado fueron interrogados por todo aquello que podía apuntar a una determinada idolología que pudiera inhabilitarles para la función para la que fueron llamados. No escapó al interés de los letrados saber si los candidatos tenían conocimiento de otros casos de corrupción que se están investigando en la Comunidad, como Brugal o Emarsa, así como su nivel de tolerancia con la aceptación de regalos por parte de cargos públicos o respecto a los sistemas de contratación de las administraciones. También se les preguntó si militaban o no en algún partido.

Tanto Camps como Costa rechazaron la posibilidad de estar presente durante la selección de jurado, lo que les fue ofrecido por el magistrado Juan Climent tal y como marca la ley.