Javier Boix, letrado de Francisco Camps, ha calificado reiteradamente la acusación por cohecho contra el expresidente valenciano de "absurda", y le ha descrito ante el jurado como una persona "extremadamente afectuosa" y austera, a la que a veces llaman "racanillo".

Por su parte, al margen de consideraciones personales, la Fiscalía y la acusación popular, ejercida por el PSPV, han señalado que los hechos son "más sencillos de lo que puedan parecer": Camps y el ex secretario general del PPCV Ricardo Costa aceptaron regalos en consideración a su cargo, y eso, sin que medie contraprestación alguna, es delito.

Según ha contado Boix en la exposición inicial del juicio, las personas que no le conocen "se pueden extrañar" de la forma "tan sumamente entrañable" con la que habla con algunas personas.

Empleaba este tono en las conversaciones telefónicas que mantuvo con uno de los cabecillas de la trama Gürtel, Álvaro Pérez "el Bigotes", en las que le llamó "amiguito" y que fueron intervenidas por la Policía. "Él es así", ha justificado.

Según dice, tenían el teléfono intervenido "desde hace meses", pero únicamente se han registrado un par de conversaciones sin alusiones a trama alguna: "Si tenían comprado al presidente de la Generalitat, qué menos que un comentario de 'oye, que te hemos comprado un traje'".

Camps, además, es una persona "de gran austeridad", por lo que es "absurdo" -adjetivo que ha empleado decenas de veces- pensar que es verdad "todo lo que se le intenta achacar". "Incluso le han llegado a llamar 'racanillo', y alguien que no paga no va de rácano por la vida ni pregunta los precios", como él siempre hace, según ha dicho.

Por su parte, el abogado de Costa, Juan Casanueva, ha negado que su cliente recibiera regalo alguno, y ha destacado además que desde su posición de diputado autonómico no podía influir en las adjudicaciones de la Generalitat.

Además, ha adelantado que presentarán un testigo que certificará que los supuestos trajes recibidos de la tienda madrileña Forever Young no pertenecen a él porque no son de su medida, mientras que los del establecimiento Milano fueron abonados por el ex "número dos" de Camps.

En el lado contrario, la representante de la Fiscalía Anticorrupción, Concepción Sabadell, ha dicho que los hechos son mucho "más sencillos de lo que perecen", y se pueden resumir en una sola frase: "Camps y Costa aceptaron regalos en consideración a su función pública".

Recibieron un "considerable número" de prendas "continuamente ofrecidas" por los cabecillas de la trama, Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez "el Bigotes", quienes las abonaron a través de sociedades vinculadas a su red.

"Los regalos se hicieron exclusivamente por la función pública que tenían los acusados, y se hacían para que sus cargos se ejercieran de forma favorable hacia quienes se los entregaban, y esto está tipificado como cohecho", ha añadido.

La fiscal ha recordado que el exvicepresidente del Gobierno valenciano Víctor Campos y el exjefe de gabinete de la Conselleria de Turismo Rafael Betoret fueron acusados por este mismo motivo, pero reconocieron los hechos el pasado mes de septiembre y fueron condenados sin necesidad de juicio.

El letrado de la acusación popular, Virgilio Latorre, ha argumentado que a la hora de comprar una camiseta únicamente es necesario fijarse en la talla, pero adquirir un traje conlleva seleccionar el color, la tela, el corte y la toma de medidas, lo que revela "una participación de los acusados en todo este entramado" ideado por la trama para influir en su voluntad.