Europa arrima el hombro. El presidente de la Oficina de Armonización del Mercado Interior (Oami), Antonio Campinos, anunció ayer que la euroagencia tiene previsto invertir en la provincia un total de 300 millones de euros en los próximos cuatro años, con el objetivo de preparar a la Oami para acoger el Observatorio Europeo contra la Falsificación y la Piratería.

La construcción de la segunda fase de la euroagencia, ubicada en Agua Amarga, y la realización de más de cien conferencias y congresos, que traerán hasta Alicante a unos 10.000 expertos en propiedad industrial de todo el mundo, forman parte del calendario de actuaciones previsto por Campinos, justo cuando se cumple un año de su llegada a la euroagencia en sustitución de Wubbo De Boer. La inyección económica anunciada por Campinos ante el presidente de la Cámara de Comercio, José Enrique Garrigós, representará un balón de oxígeno para la provincia, pues la Oami se ha convertido en una de las empresas más importantes y un "motor" económico que no gripa, como lo demuestra que este año vaya a rebasar la cifra de las 100.000 solicitudes de marca, un 10% más que en 2010.

El próximo diciembre se cumplirán 18 años desde que en 1993 el Gobierno anunciara que Alicante albergaría una de las cuatro oficinas comunitarias de la la UE. Tres años después se inauguraba la Oficina de Armonización del Mercado Interior, que pronto se convirtió en la más rentable de la Comisión Europea con un volumen de negocio anual entorno a los 160 millones de euros.

Tras el paso por la Oami del francés Combaldieau y del holandés De Boer, que consolidaron la euroagencia en el mundo, al portugués Antonio Campinos le toca protagonizar el despegue definitivo. Conseguir que la Oami acoja, prácticamente, la que se considera como una segunda euroagencia. La integración en su estructura del Observatorio Europeo de la Falsificación y la Piratería. Un organismo que velará por defender la propiedad intelectual de las marcas en los 27 estados miembros de la UE. Campinos ha trasladado la propuesta al Consejo de Ministros de la UE que tras su aprobación la remitirá al Parlamento.

El presidente y su equipo ya se han puesto, no obstante, a trabajar y una parte importante de los 300 millones de euros -en concreto 72 millones- a invertir entre 2012 y 2016 se destinará a la construcción de la segunda fase de la Oami. El edificio ocupará una superficie de 80.000 metros cuadrados y será anexo al inmueble actual. Su edificación se explica en la necesidad de prepararse para recibir el Observatorio, y por la propia actividad de la euroagencia que crece un 10% anual. En este sentido, Antonio Campinos, reclamó el apoyo del Ayuntamiento de Alicante y la Generalitat para que "agilicen los procesos administrativos y la ampliación sea una realidad en unos dos años y medio", subrayó el presidente.

La Oami cerró 2010 con 98.000 solicitudes de marca y este año prevé llegar a las cien mil, todo un récord en un escenario de "crisis violentísima" -enfatizó Campinos-. "Estamos ante un fenómeno curioso, aunque no lo es tanto si tenemos en cuenta que las empresas conceden cada vez más importancia a la protección de sus activos e innovaciones", aseveró Campinos, quien quiso lanzar también un mensaje de optimismo. "O es esto, o quizá es que se avecina una recuperación económica".

Antonio Campinos apuntó, por otro lado, que la oficina europea acaba de suscribir el "acuerdo de sede" con el Gobierno, lo que normaliza al cien por cien su situación administrativa y permitirá, por ejemplo, que sus trabajadores puedan tener tarjeta sanitaria de la Seguridad Social.

Rechazan que el escudo de la URSS sea marca

El Tribunal General de la UE ha rechazado la solicitud de una empresa rusa para registrar el escudo soviético como marca comunitaria, por considerar que este símbolo es "contrario al orden público y a las buenas costumbres" en una parte de la UE. La sentencia confirma la denegación del registro que realizó la Oami ante la petición realizada en 2006 por el fabricante textil ruso Couture Tech Ltd. La euroagencia rechazó la solicitud al constatar que la marca en cuestión era una reproducción exacta del escudo de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, según informó ayer el Tribunal en un comunicado. Basándose la normativa de determinados estados miembros que estuvieron bajo el dominio soviético - Hungría, Letonia y la República Checa-, la Oami consideró que el símbolo sería percibido "como contrario al orden público y a las buenas costumbres" por una parte significativa de la población. La mercantil Couture Tech Ltd recurrió esta decisión ante el Tribunal General de la UE. Entre las razones que en su día valoró la Oami y que recoge la sentencia destaca, por ejemplo, que en la legislación de Hungría la hoz, el martillo y la estrella roja se consideran "símbolos de despotismo". EFE / F. J. B.