No tiene ninguna enfermedad mental. Eso es lo que se desprende del informe emitido por el forense del Instituto de Medicina Legal sobre las capacidades cognitivas de Raquel R.B., la mujer que mató a su hija de 3 años el pasado mes de agosto al saber que los servicios sociales iban retirarle la tutela de la pequeña.

Según ha podido saber este diario, el informe forense emitido sobre la parricida confesa -que relatjó ante la policía y el juez que mató a su propia hija en el sofá mientas la niña dormía la siesta- revela que la mujer no sufre un trastorno mental y que no tiene alteradas sus capacidades cognitivas y que, por tanto, no pudo haber estado el día que cometió el crimen bajo los efectos de una enfermedad que anulara la conciencia de lo que hacía. Estos resultados están avalados por los médicos del propio Hospital Psiquiátrico de Fontcalent, donde se encuentra actualmente ingresada. Instituciones Penitenciarias prevé un cambio de su ubicación al no haberle sido diagnosticada ninguna enfermedad mental, según fuentes judiciales, por lo que será trasladada en breve a la cárcel de Fontcalent.

El informe especifica, en dos puntos diferenciados, que pese a que Raquel R.B. no presenta síntomas de enfermedad mental, sí podría haber actuado, en el momento de los hechos, bajo un cuadro depresivo o de ansiedad que llegara a favorecer una "disminución de su control volitivo" y propiciar una "conducta agresiva".

Según la defensa de la parricida, ejercida de oficio por el letrado Marcos Cascales, el informe forense deja claro que no padece una enfermedad mental, pero sí especifica que pudo actuar bajo unos síntomas que propiciaran algún grado de enajenación mental. "Puede ser que en el momento en el que cometió los hechos no fuera consciente del todo por un cuadro depresivo, o de ansiedad, que le afectara", indicó, y señaló que espera que ese apunte del informe forense "influya a la baja en la petición de la pena".

El juez ha imputado a la mujer, de 33 años, un delito de asesinato. En el juzgado que instruye el caso declaró que fue ella quien mató a su hija mientas ésta dormía la siesta el mismo día que tuvo claro que los servicios sociales iban a retirarle la custodia de la niña.

Sin embargo, según vecinos del edificio del barrio de Los Ángeles donde vivía Raquel, lo que hizo fue cumplir su amenaza: matar a la niña si los servicios sociales le quitaban la tutela. La pequeña Sheila fue enterrada el pasado 29 de agosto después de que su cuerpo estuviera una semana en el

depósito de cadáveres.

El juzgado transformará ahora las diligencias para que sea un jurado el que enjuicie a la acusada.