Apenas una semana después del inicio del curso escolar, los alumnos comienzan a notar los recortes en educación en su día a día. Es el caso de 55 alumnos del colegio público Joaquín Sorolla de Alicante, que desde este año se han quedado sin servicio de autobús tras la modificación de la normativa de transporte escolar llevada a cabo por la conselleria de Educación. Y sin previo aviso.

"Ya hubo rumores en junio de que iban a retirar el servicio, pero nadie nos lo aseguró", asegura Paqui Rincón, madre de un alumno afectado. La confirmación del recorte se produjo por la vía de los hechos el pasado 8 de septiembre, día del inicio del curso en Primaria. "A las ocho de la mañana, el autobús recogió a los niños de forma habitual. Pero a la salida de las clases no apareció", asegura Rincón, que apunta a un error de la conselleria que no avisó con suficiente antelación a la empresa encargada del servicio, Autocares Río. "Se trata de una deficiente comunicación desde la conselleria hacia la empresa y los propios padres, que se enteraron el mismo día", denuncia Jordi Sebastià, presidente del AMPA del centro.

La anterior normativa de transporte escolar establecía que los alumnos que vivieran a 3,5 kilómetros del colegio tendrían derecho al bus escolar gratuito. Esa distancia se calculaba a partir de un recorrido en coche desde el centro educativo, pero el pasado junio la conselleria estableció que de ahora en adelante esos 3,5 kilómetros se calcularán en línea recta desde el centro, según asegura Sebastià. "Han sido más exigentes a la hora de medir la distancia para reducir al mínimo posible el gasto, sin dar pie al diálogo con los afectados", subraya.

Restricción en el kilometraje

"El año pasado teníamos 70 alumnos con derecho a plaza, y la conselleria nos ofrecía dos autobuses que recogían en total a unos 110 alumnos de diferentes barrios de Alicante", apunta el portavoz de los padres. Sin embargo, con la restricción en el kilometraje, el número de alumnos con derecho a plaza se ha quedado en 35. La mitad. "La conselleria nos ofreció un minibús, pero al final hemos logrado que nos pongan un autobús de línea con 55 plazas", añade Sebastià. Este vehículo recoge a niños de El Pla, Carolinas y Los Ángeles, zonas que se vieron afectadas por los recientes problemas en los colegios Manjón y Cervantes que obligaron a muchos padres a matricular a sus hijos en el Joaquín Sorolla. Sin embargo, el autobús suprimido, que cubría la zona de Campoamor, Plaza de toros, Alfonso el Sabio y Maisonnave, ha dejado sin servicio de la noche a la mañana a más de medio centenar de alumnos.

Paqui Rincón, por su parte, señala que los padres han creado una comisión de afectados "organizando grupos para recoger o llevar a los niños a clase, pero esto nos ha descuadrado porque todos trabajamos y resulta difícil cuadrar nuestros horarios", lamenta. A estas manifestaciones, el presidente del AMPA añade que en algunos casos aislados los padres han optado por matricular a sus hijos en otros centros tras el recorte del servicio de transporte.

Consenso

La comisión de afectados acordó en asamblea un protocolo de actuación y esta semana enviará a Educación una carta solicitando una reunión para buscar una alternativa a la supresión del autocar. "Daremos un plazo al Consell para que nos responda, pero no descartamos adoptar otras medidas como sentadas o concentraciones de protesta. En esta AMPA somos muy combativos", apunta Rincón, aunque Sebastià matiza que estas medidas se tendrán que consensuar en una próxima reunión de afectados, que cuentan con el apoyo de la dirección del centro y del consejo escolar.