De los terrenos de juego a la política. ¿Quién es Carlos Torres y por qué ese cambio tan radical de profesión, de país y de continente?

Carlos Torres es un poco de todo. Un ecuatoriano nómada que en su vida ha hecho de todo. Durante 17 años fui futbolista profesional, seleccionador de todas las categorías de Ecuador. Soy licenciado en Periodismo y en los últimos años he convivido con la política. Ahora mismo comienzo mi carrera diplomática por encargo del presidente Rafael Correa.

Todo un padrino de lujo...

A través del tiempo uno va cosechando amigos y fans. De repente, en 2006 me encontré con que era un ídolo para una persona que se había convertido en presidente de un país, en este caso Rafael Correa. Él y yo venimos de una camiseta, la del Emelec de Guayaquil, el segundo equipo del país tras el Barcelona. En 2006 habíamos tenido un año espectacular. En ese momento, el ya presidente me invitó e iniciamos una relación que ha terminado en Alicante. También tengo mis ideas políticas, no sólo he sido deportista. He trabajado como periodista, pero en Ecuador del periodismo no se come, aunque haya cientos de personas con grabadoras.

¿Cómo entra en política?

El presidente fundó con el canciller Ricardo Patiño la nueva revolución social y yo estaba muy involucrado en todos los movimientos "Afros", un tema que en Ecuador está muy desarrollado. Somos un país multiétnico y voy a tratar de trabajar también en Alicante en este tema. Hace tiempo que hemos cambiado el negro por lo "afro". Al negro en Ecuador ya no le llama negro. Yo mismo soy descendiente de africanos en Ecuador. Mi padre era blanco y mi madre afroecuatoriana, como yo. Creo en el nuevo estilo de gobernar. Para Ecuador ha sido como un balón de oxígeno porque Ecuador se ahogaba en todo: en salud, en trabajo...

Llega en un momento de crisis profunda. ¿Cuántas personas forman parte de la colonia ecuatoriana en Alicante?

Llego a Alicante porque ha sido una reivindicación de los ecuatorianos que viven en la provincia. Necesitaban un Consulado, que no un cónsul. La casa de Ecuador. El presidente Correa me lo pidió para tratar de resolver los problemas de los 30.000 ecuatorianos que viven en la provincia. Queremos abrir el 26 de septiembre. Dependerá de lo que tardemos en terminar de equipar las oficinas.

¿Cuáles son los problemas de la colonia ecuatoriana? Muchos compatriotas llegaron atraídos por el "boom" de la construcción. ¿Se vuelven?

Son los mismos que los de los españoles que trabajaban en ese sector. Aquel que se dedicó exclusivamente a la construcción está en la misma situación. Con 500.000 viviendas sin vender en España la construcción va a estar parada diez años. Tampoco hay gran arraigo. No conozco ningún ecuatoriano que haya muerto aquí y no le hayan enterrado en Ecuador, aunque no tuviera ni familia. De todas maneras, la situación es difícil, pero según mis datos pueden haber salido sólo entre 500 y 600.

¿Viene con soluciones?

Ecuador tiene una serie de programas para facilitar el regreso de aquellos compatriotas que quieran regresar. Desde pagarles el billete de vuelta a la concesión de microcréditos para el desarrollo de proyectos. No obstante, ya le digo que no hay mucho regreso porque, en cierta medida, muchos ecuatorianos tienen en Alicante a la familia y ahora es más difícil volver. La gente espera que la situación cambie y va buscando otros espacios de trabajo para subsistir.

¿De paso en Alicante?

He venido a abrir el Consulado y luego ya veremos. Soy de Esmeralda, en la frontera con Colombia. He vivido en muchas ciudades de Ecuador pero los últimos 30 años en Guayaquil, aunque como futbolista jugué también en Méjico y Canadá. En Alicante estoy con mi esposa, pero mis dos hijos viven en Europa. Un hijo en Noruega y una hija en Almería, pero no han sido mis razones, aunque mi mujer está encantada. Estamos contentos porque tiene muchas similitudes con Guayaquil.

Exfutbolista profesional. ¿Ha visto al Hércules?

No, pero quiero hablar con su presidente para ver si me deja entrar gratis (risas). Me gusta la forma de jugar del Barcelona, que los futbolistas jueguen bien al fútbol.