"Contribución de primera pero entorno de tercera". Éste es el mensaje que los vecinos de las distintas fases de la urbanización Villa Teresa, en el Polígono de San Blas, están pensando en colgar de sus balcones como medida de protesta por el estado de insalubridad en que se encuentra un solar de casi tres mil metros cuadrados sin edificar situado frente a sus casas que, según la Oficina Virtual del Catastro, pertenece al Ayuntamiento.

Los vecinos han presentado ante el registro municipal siete quejas en once años y nunca han obtenido respuesta. "Pagamos un recibo de IBI de 500 euros pero nos asomamos a la terraza y vemos este paisaje", explican los afectados, acompañados por los presidentes de Villa Teresa 3 y 4, Pablo Villar y Fernando Martín, mientras señalan la parcela, que iba a ser destinada a equipamiento social-sanitario pero que se ha convertido en "el vertedero de escombros de todas las obras que se hacen en San Blas", como las que actualmente se realizan en Pintor Gisbert. También, explicaron, es depósito de contenedores de obra que se han quedado allí abandonados a causa del parón de la construcción.

La suciedad, el polvo que levantan los coches que estacionan en el solar, el agua que se embalsa cuando llueve y los insectos que atrae son otros problemas que genera el solar que afectan a estos vecinos, así como las ratas que deambulan por el vecindario y que anidan en las piedras de una jardinera que sostiene un pino en un lateral del descampado. Piden que el Ayuntamiento valle el solar, lo limpie y asfalte.

La queja ha cogido por sorpresa a la concejala de Imagen Urbana, Oti García-Pertusa, ya que el propio Consistorio es el encargado de velar por la limpieza y salubridad de los solares de la ciudad, cuya cifra va "in crescendo" a causa de la crisis inmobiliaria ya que muchos proyectos de construcción se han quedado paralizados. Hasta febrero, dijo, la Concejalía había actuado en casi un millar de solares y actualmente son más de 500 los expedientes que tiene abiertos ya que el departamento cuenta con un equipo de inspectores que va recorriendo los barrios y cuando encuentran un solar sucio y sin vallar toman nota para requerir al propietario su limpieza. "Si no lo hace es el Ayuntamiento, subsidiariamente, el que lo deja en condiciones y le carga la factura al dueño que, a través de Suma, termina pagando. No obstante, en la ciudad hay muchos más solares que están en condiciones", aseguró.

García-Pertusa habló del solar de Villa Teresa para reconocer que es municipal y que se utiliza para depositar materiales de obras en la vía pública aunque aseguró que la zona de acopio "está correctamente vallada para que no haya accidentes y cuando acaben esos trabajos se quedará perfectamente limpio".

También los vecinos de Rabasa se quejan del estado de una veintena de parcelas, algunas de ellas valladas y otras no, "pero todas en el centro del barrio y con peligro de incendio". La edil de Imagen Urbana asegura que en Rabasa están todos los solares controlados, lo mismo que en el Casco Antiguo, donde hay hasta 37 espacios destinados a edificar actualmente libres de construcción.