"Ella eligió libremente lo que quiso, que fue cuidar de las niñas. Para que trabajara teníamos que tener una mujer contratada y ella prefirió disfrutar de nuestras hijas", explica el director de Ferrocarriles de la Generalitat en Alicante, padre de dos pequeñas de 6 y 10 años. Antes, José Pascual trabajó en la misma empresa en Valencia y, con anterioridad, en el Instituto Valenciano de la Vivienda, "en la parte social, en barrios complicados".

Su mujer era cajera en un supermercado y al tener a sus hijas optó por una jornada a tiempo parcial, primero, y finalmente por quedarse en casa a cuidarlas. "Yo le dije ¿quieres disfrutar de tus hijas o trabajar? Y ella eligió lo primero. Fue una decisión propia de ella, a lo mejor otra mujer en su misma situación habría decidido trabajar fuera en lugar de estar en casa", explica el director de FGV. Sin embargo, no debió de ser fácil porque, confiesa su marido, ella le dijo que le sabía mal por prescindir de un sueldo.

"Le dije que hiciera lo que le apeteciera, y siempre la he apoyado. Si no tenemos tres euros tenemos uno pero la vida hay que disfrutarla". De aquella decisión, añade José, ella nunca se ha arrepentido ni lo ve como un sacrificio, "está encantada de levantarlas, llevarlas al cole, prepararles la comida, pasear con ellas...Y como ya empiezan a crecer tiene en perspectiva el volver a trabajar". Él, dice, le echa una mano en lo que puede.

"A veces hago la cena. Si hay que recoger la ropa, la recojo, a veces tiendo la colada y en ocasiones hago la cama, la de las niñas, saco la basura todas las noches... No me tiene que decir haz esto o lo otro porque a mí me nace, me apetece colaborar".