Sin dinero en las arcas de la Generalitat para "tirar" de talonario y "prometer" nuevos proyectos que permitan afrontar la reactivación de la actividad económica, a Alberto Fabra, apenas dos meses después de llegar a la dirección del Consell, no le queda ya otra salida que encomendarse al debate político. Ayer, de hecho y a través de la vicepresidenta Paula Sánchez de León, lanzó un decálogo de propuestas dirigidas, fundamentalmente, a buscar salidas a la crisis económica e intentar ofrecer una imagen de transparencia de la Generalitat, maltrecha a raíz del caso Gürtel y de la imputación de Camps. Sin dinero para gastar, la agenda tiene que centrarse en la acción política.

Sin ir más lejos, Alberto Fabra se reunió ayer con su homólogo balear José Ramón Bauzá y hoy lo hará, en una foto inédita durante el mandato de Camps, con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas. Durante su etapa al frente del Consell, Camps prefirió potenciar el eje con Murcia y evitó por completo los contactos con los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, con los que coincidió en el tiempo. Fabra, sin embargo, es consciente de que la relación con Cataluña es fundamental para defender, por ejemplo, el Corredor Mediterráneo. En ausencia de Fabra, la vicepresidenta del Consell, Paula Sánchez de León, remitió ayer el decálogo de propuestas a los síndics parlamentarios del PSPV -Jorge Alarte-, Compromís -Enric Morera- y EU -Marga Sanz-, los tres grupos de oposición de las Cortes.

En principio, Sánchez de León les ha citado a un encuentro que se celebrará el próximo 26 de septiembre. En esa convocatoria, la Generalitat quiere que las formaciones políticas con representación parlamentaria puedan presentar alternativas a un documento que, de forma obligatoria, requiere de un consenso previo al debate en las Cortes. El texto tiene un marcado carácter económico. Pone sobre la mesa la necesidad de tomar medidas para generar empleo, reactivar la política industrial, reclamar más financiación, simplificar la normativa urbanística o defender grandes proyectos estratégicos como el Corredor Mediterráneo o la llegada del AVE a Valencia y Castellón en los plazos previstos. Pero también plantea acuerdos en Educación y Sanidad, la reducción del volumen de la administración -alude al futuro de Canal 9-, incremento de los efectivos policiales o un paquete de medidas de transparencia y participación ciudadana. Alberto Fabra, incluso, ofrece consenso en materia de agua con una novedad: el decálogo no cita los trasvases, sin duda, gran obstáculo para llegar a posibles pactos en esa materia.

En un comunicado, la vicepresidenta del Consell ratificó su intención de intentar alcanzar un consenso antes de abordar el debate en las Cortes para facilitar una tramitación "más rápida y eficaz". La "hoja de ruta" marcada por la Generalitat incluye un compromiso de "transparencia" y una propuesta "más ajustada" sobre el modelo educativo trilingüe, según avanzó la portavoz del Gobierno aunque sin entrar en detalles. "Lo importante es llegar a acuerdos y que haya una voluntad de consenso real, que los ciudadanos comprendan que queremos hablar, entendernos y sacar del debate, en una situación tan difícil como la que estamos viviendo, algunas cuestiones que deben aprobarse por consenso", manifestó.

Por su parte, el síndic socialista en las Cortes y secretario general del PSPV, Jorge Alarte, en una primera valoración, aseguró que el documento está "vacío de propuestas, repleto de generalidades y, además, llega con dos semanas de retraso". "Adolece de las más mínimas directrices", apuntó el líder de los socialistas valencianos que, sin embargo, anunció que asistirá a la convocatoria.