Ni se venden ni se compran. La saturación del cementerio municipal ha provocado que ya no queden sepulturas ni nichos a la venta. Los que hay se ceden por periodos 99 años con un coste de 2.105 euros y, desde el año 2.000, se ofrece la posibilidad de hacerlo por un periodo de cinco años por 374 euros.

Desde Atención Urbana explican que una vez transcurrido el plazo los restos de los difuntos se trasladan a un osario o la familia los traslada a una ubicación más pequeña. De esta forma, se va liberando espacio para poder cubrir la demanda de sepulturas. De ahí que se decidiera ofrecer la posibilidad de alquilar las celdas por cinco años y que desde el Ayuntamiento se estén planteando reducir el tiempo de las concesiones a lo que permite la ley.

No obstante, en el camposanto municipal hay 43.000 tumbas, panteones y nichos que se vendieron en su día y cuyos propietarios se encargan de gestionar para enterrar en ellos los restos de sus difuntos. En ellas se depositan los restos del 60% del millar de personas que cada año se entierran en el cementerio.

Mientras, los nichos de alquiler se utilizan en el 30% de las inhumaciones -unas 350 al año- y en un 10% de los casos -un centenar al año- lo que se entierra son las cenizas en un urnario.