Alfonso Rodríguez acaba de ponerse al frente de una federación que agrupa a 27 asociaciones de enfermos mentales y familiares. ¿Cuál va a ser su prioridad?

Queremos poner en valor esta discapacidad. Siempre se habla de discapacidad psíquica, física y sensorial, pero se olvida la mental, lo que conduce al estigma. Estas personas están marcadas porque el miedo a lo desconocido hace que la gente los margine y les tenga miedo. Creo que hace falta un periodo de discriminación positiva hacia esta enfermedad, además de rehabilitación y reinserción. A los pacientes con enfermedad mental no se les puede tratar sólo con medicamentos. Con una medicación mínima y otras terapias mejoran mucho.

¿Qué medidas de discriminación positiva propone?

Hay que entenderlas dentro del hecho de que la discapacidad mental ha sido siempre la última. Ha estado relegada en los pagos y en los recursos materiales y humanos. Ya es hora de que seamos los primeros. La mayoría de los recursos que se prestan es por iniciativa de las asociaciones y eso nos ha llevado a esta situación de penuria en la que estamos. No hay asistencia domiciliara, no hay política de viviendas sociales...Es más rentable dar una rehabilitación social a un enfermo mental que estar con recaídas, pero tiene que creérselo la Administración.

¿Cómo ha cambiado la atención a la enfermedad mental en los últimos años?

Ha cambiado mucho. Hace 30 años estaban en manicomios. Ahora hay más adolescentes, pero también se pueden hacer terapias familiares o en su entorno, ya no tienen por qué estar recluidos de por vida. Pero sigue habiendo cosas por mejorar, también tienen que cambiar los baremos de la ley de dependencia. Un enfermo mental es tan inteligente como un médico. Mientras esté medicado y tenga una terapia, está bien.