La Generalitat agotó durante los siete primeros meses del año la partida para poder hacer frente al gasto farmacéutico y abonar las recetas de medicamentos financiados por el sistema sanitario valenciano, según figura en el informe remitido por la conselleria de Hacienda a las Cortes sobre la situación de las cuentas públicas a 31 de julio de 2011. Cuando finalizó ese mes, el Gobierno de Alberto Fabra ya se había comido prácticamente la partida que figuraba en el presupuesto para afrontar este desembolso que, anualmente, supone alrededor de un 10% de la partida de gastos de la administración autonómica.

De acuerdo con la información remitida a las Cortes por el departamento que dirige José Manuel Vela, el Consell había consumido el 96,3% de los recursos. Es decir, 1.040 de los 1.080 millones del presupuesto definitivo del programa "Prestaciones farmacéuticas", incluido en las cuentas de Sanidad, junto a las de Educación, las más cuantiosas de la administración autonómica. La Generalitat, para cuadrar sus tablas y que tengan equilibrio, viene presupuestando a la baja a sabiendas de que el gasto en farmacia es muy superior al que refleja la partida que, como media, supone un desembolso final al año superior a los 1.500 millones, dos veces los fondos de la conselleria de Infraestructuras y veinte veces los destinados al departamento de Turismo.

Esa maniobra contable se ha vuelto a repetir en 2011. De hecho, la partida arrancó el año con una dotación inicial de 1.173 millones. En julio, pese a que ya se había gastado buena parte de los fondos, el Ejecutivo autonómico realizó una modificación de crédito que supuso reducir la dotación económica de la partida en 93 millones. El presupuesto actualizado se quedó en 1.080 millones. De éstos, a 31 de julio se habían consumido nada menos que 1.040. Sólo había un margen de 40 millones a partir del 1 de agosto. El diputado socialista Ignacio Subías ya advirtió la semana pasada en las Cortes que la partida económica ya se había consumido por completo a finales de ese mes.

Así que, a ritmo de unos 150 millones de euros al mes, el Consell tendría que habilitar unos 600 millones de euros extra para poder afrontar el desembolso durante lo que queda de 2011. Sólo quedan dos salidas. O tomar el camino iniciado por María Dolores de Cospedal. Es decir, entrar en la vía del impago a los proveedores. O, por el contrario, diseñar una modificación de crédito para poder dotar de más fondos la partida. En los presupuestos de 2012, el Consell ya trabaja con la hipótesis de pegar un tajo considerable al gasto en medicamentos. Y es que las arcas del Consell no están para florituras.

De hecho, a 31 de julio, el déficit presupuestario del Ejecutivo -la diferencia entre los gastos y los ingresos reconocidos- se disparó hasta los 2.738 millones, un 37% más que en la misma fecha de 2010. Si se atiende sólo a los gastos no financieros -sin incluir la deuda y los intereses-, el déficit fue de 2.570 millones, el 2,5% del PIB. Pero además, el Consell cerró el mes con un presupuesto de gasto actualizado al alza de 15.002 millones, una desfase del 9,4 % respecto a los créditos aprobados por las Cortes, que ascendían a 13.713 millones. La desviación, 1.289 millones, responde al Plan Confianza incorporado al presupuesto y a los gastos de funcionamiento de la sanidad, datos que sitúan muy lejos el objetivo de ahorrar 1.800 millones. Mañana, el Consell aprobará el "holding" para reordenar las empresas públicas.

"El tiempo corre y Fabra no es capaz de cambiar el rumbo"

"El tiempo corre y Fabra no parece capaz de cambiar el rumbo de una nave que tiene el casco lleno de agujeros", apuntó el socialista Julián López sobre la situación de las cuentas de la Generalitat durante los primeros siete meses de 2011. "Esas cifras ponen de manifiesto la urgente necesidad de recortar gastos innecesarios o superfluos a los que el Consell no para de aludir pero que es incapaz de eliminar", aseveró el diputado socialista. "Fabra está perdiendo una oportunidad ipara poner freno al gasto improductivo, para dar prioridad a lo más importante y abandonar el derroche. Y cada euro inútil que se gasta hoy, se tendrá que pagar algún día", concluyó. P. r. f.