El consejo de administración de Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (Aena) cumplió ayer con los plazos anunciados el pasado enero y adjudicó la gestión de la torre de control de El Altet a la mercantil Ferronats, participada por la constructora española Ferrovial y la británica Nats, especializada en navegación aérea. El aeropuerto entra así en el primer lote de privatizaciones junto a los aeródromos de Valencia, Ibiza, Sabadell, Sevilla, Jerez, Vigo, A Coruña, Bilbao, Cuatro Vientos, Lanzarote, Fuerteventura y La Palma, aunque el alicantino es el más importante al gestionar cerca de diez millones de pasajeros al año.

Ferronats gestionará la torre de control durante cinco años prorrogables por un año más y, según Aena, la externalización del servicio le generará un ahorro de costes del 50% sobre la tarifa actual. El precio de adjudicación de todo el lote asciende a 18,1 millones de euros al año. Hasta ahora el coste era de 33,9 millones. La torre de El Altet atiende al año a unos 36.000 aviones que pagan una media de 650 euros por escala en concepto de tasas por los servicios de control.

Ferronats deberá obtener todavía, antes de comenzar a trabajar en la torre de control alicantina, el permiso de la Dirección General de Aviación Civil, previo informe favorable de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Además debe habilitar a su personal, por lo que en un principio los nuevos controladores trabajarán junto a los técnicos de Aena en Alicante.

En cuanto al futuro de los 25 controladores que forman la plantilla de El Altet, éstos tienen tres posibilidades: pasar a formar parte de Ferronats asumiendo las condiciones económicas que fije el nuevo operador, continuar en Aena que les asignará un nuevo destino o romper su relación laboral con el ente público, según regula la Ley 9/210.

Expertos en regular la aproximación

Los controladores de El Altet están especializados en el denominado control de aproximación. Los aviones vienen supervisados en vuelo por los centros de Barcelona y Valencia que los dejan en manos de los profesionales de la torre alicantina a unos diez kilómetros de la pista de aterrizaje. Cuatro o cinco minutos en los que los técnicos de El Altet, ya con el avión en las pantallas o en control visual, van ordenado aterrizajes y despegues. A partir de que el avión toma tierra las labores pasan al departamento de operaciones y de los señaleros que se encargan de dirigir al piloto hasta su puesto de estacionamiento en la plataforma. Una vez allí los servicios de avituallamiento de aviones y pasajeros son gestionados desde hace tiempo por empresas privadas, lo mismo que las pasarelas telescópicas. F. J. B.