Un diseño moderno, pero no apto para despistados. Con la reciente remodelación de la plaza de Luceros se han construido en los bordes unos salientes de hormigón que, si bien impiden que los coches suban a la acera, han provocado la caída de más de un peatón. Así, no es de extrañar que en los últimos meses hasta el Ayuntamiento de Alicante hayan llegado tres reclamaciones de vecinos pidiendo una indemnización tras haber tropezado con estos resaltos. Las reclamaciones todavía no se han resuelto, pero en el trámite de comprobar los hechos desde el Servicio Jurídico municipal han constatado con informes técnicos que el diseño cumple con la legalidad, según fuentes del departamento.

Se trata, junto con los polémicos carriles bici, de uno de los puntos negros para los peatones dentro de la ciudad. Pero son los socavones, las obras mal señalizadas y, sobre todo, los desperfectos en las aceras lo que genera un mayor número de reclamaciones de los ciudadanos. Así, en lo que va de año 165 ciudadanos se han dirigido al Ayuntamiento de Alicante para pedirle indemnizaciones que ascienden, en global, a 881.592 euros por considerarlo responsable de los daños que han sufrido en la vía pública.

Cuando llega una de esas reclamaciones, los Servicios Jurídicos abren un expediente para comprobar los hechos que se denuncian y determinar si la responsabilidad recae en el Ayuntamiento. Se trata de un trabajo exhaustivo en el que se recopilan informes sobre el estado del pavimento o sobre lo que haya originado el percance a las Concejalías implicadas. La intención es evitar la "pillería" que, según fuentes de este departamento, se ha disparado en tiempos de crisis. "Hay auténticos profesionales del timo y, en esos casos, lo habitual es que se terminen descubriendo los engaños", afirman.

Pero no todo son caídas. Entre las reclamaciones que llegan al Ayuntamiento de Alicante hay de todo. Entre las más recientes destacan las de dos familias que han pedido sendas indemnizaciones de 4.000 euros por haberse quedado encerradas este verano en los ascensores del Castillo de Santa Bárbara a causa de una avería. Los afectados sostienen en su queja que iban con varios niños y que pasaron 70 minutos en el interior del habitáculo. El miedo y el agobio que pasaron les empujó a solicitar una indemnización al Consistorio, al considerarlo responsable.

Al tratarse de una reclamación reciente, el expediente todavía no se ha resuelto, como tampoco se ha concluido el de otro hombre que presentó una reclamación por mancharse los pantalones al sentarse a finales de agosto en un banco recién pintado de la glorieta Sergio Cardell.

Se trata de casos recientes, pero entre las reclamaciones que han llegado en los últimos años hasta los Servicios Jurídicos hay otros casos curiosos, como el de una mujer que pidió al Ayuntamiento que le pagara los 5 euros que le costó la tintorería tras mancharse de agua al pisar una baldosa suelta. También han recibido varias reclamaciones por caídas sufridas por los ciudadanos al resbalar con excrementos de animales en la vía pública.

Durante el año pasado llegaron al Ayuntamiento cerca de trescientas reclamaciones por importes que ascendían a 1,6 millones. En caso de desestimarse, los ciudadanos tienen la posibilidad de recurrir, primero ante el Consistorio y después ante el juzgado.

Cuando el importe de la indemnización solicitada supera los 3.000 euros, es el Consejo Jurídico Consultivo de la Generalitat el encargado de tramitar los expedientes y de determinar de si el Ayuntamiento tiene alguna responsabilidad.