No suelen llevar uniforme y sus conocimientos en nuevas tecnologías van mucho más allá de la imagen poco modernizada, obsoleta, que ofrecen las instalaciones en las que se encuentran sus dependencias en el interior de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante. Están constantemente reciclando conocimientos y haciendo cursos para ir con la misma rapidez con la que se mueve el mundo que hay detrás de la pantalla del ordenador. Son los agentes especializados en ciberdelitos del Equipo de Mujer y Menor de la Guardia Civil (Emume), una especialidad en la que trabajan media docena de profesionales en la provincia que no solamente se encargan de perseguir delitos cometidos en la red, sino que suman a su actividad charlas en colegios e institutos que buscan educar, formar e informar a chavales y docentes. Una función que comparten con la Policía Nacional, cuerpo que también cuenta con una brigada especializada en delitos informáticos: la BIT (Brigada de Investigación Tecnológica).

Perfiles falsos

Dos agentes del Emume explican, a preguntas de este diario, que la red ha cambiado el modo de delinquir, pero no el delito. "Se les acuña nombres anglosajones que hacen referencia a conductas delictivas en internet, pero luego el delito a perseguir ya está tipificado", indica uno de los agentes.

Así, vienen a diferenciar entre los casos en los que se produce el típico acoso, pero trasladado a la red (el ciberacoso) de aquellos en los que otra persona, normalmente un mayor de edad, crea un perfil falso en las redes sociales para iniciar un contacto con su víctima, casi siempre una niña. Es el grooming, y se distingue de los demás porque el fin que se persigue es sexual. Según estos expertos, el grooming es uno de los delitos que más se está repitiendo y, a diferencia del ciberacoso, que se produce entre chavales cercanos, éste suele proceder de desconocidos. "Internet ha abierto un abanico de posibilidades para estas personas. Antes eran parques o zonas aisladas donde merodeaban estos perfiles, el típico mirón. Ahora están en internet, donde el anonimato ha hecho que proliferen este tipo de casos".

Los agentes del Emume también destacan otro fenómeno cuyas consecuencias están dando quebraderos de cabeza a muchos jóvenes: el sexting. Se trata de una práctica a través de la cual los jóvenes se intercambian fotos en actitud provocativa. El envío de la imagen siempre es voluntaria, pero el posible delito se da cuando, por circunstancias de enfado, de traición o por la ruptura de una pareja, el receptor de la foto la utiliza para ridiculizar a la que pasa a convertirse en víctima.

La principal función de los agentes especializados en delitos en la red, una vez llega la denuncia, es rastrear la dirección IP desde la que se emitieron los mensajes. "Muchas veces la denuncia se ha presentado en Alicante, pero el rastreo de la IP nos ha llevado a otras provincias, y viceversa, ocurre mucho en los asuntos de grooming. Entonces buscamos la colaboración de otros compañeros", apuntan.

Recomiendan que siempre que se perciba acoso se guarden los mensajes, y en las charlas que imparten en los colegios insisten en que los padres deben limitar el uso a internet. "Es como la calle. A un niño de 14 años no lo dejas todo el día por ahí o hasta las 5 de la mañana", señala uno de ellos.

Explican que el acoso o ciberbulling suele ser denunciado por los padres. "En un 99% de las veces son los padres los que presentan la denuncia. Lo hacen cuando el menor ya no puede más y entonces termina contándolo en casa", añaden. La gran mayoría proceden de Tuenti y Facebook. Otro grueso de las actuaciones del Emume lo conforman los casos de pedofilia. La sede del Emume está llena de cajas en cuyos lomos puede leerse "Pornografía Infantil". Forma parte de los delitos que persiguen desde el Emume, al igual que los relativos a la corrupción de menores, si bien suelen ser cometidos por mayores de edad. "Y de todo tipo de condición social", añaden.

Y como hay que estar al día, el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil tiene cuenta en Tuenti y en Facebook, desde donde pide colaboración ciudadana para denunciar estos casos. Su último posicionamiento: en Twitter, con casi 7.500 seguidores.