Los comerciantes artesanos de Alicante no están dispuestos a dejarse vencer por la crisis económica. La pasión que impregnan en sus trabajos, el gusto por transmitir sus conocimientos y la necesidad de buscar nuevas vías de negocio para dar salida a sus productos les ha llevado no sólo a abrir tiendas, sino también a ofrecer cursos de iniciación en diversos oficios como la artesanía, la costura o la pastelería.

Porta Ferrisa Taller de Arte ha sido uno de los últimos en animarse a la apertura comercial en pleno Casco Antiguo. Si bien sus propietarios tienen experiencia comercial, esta es la primera tienda donde exponen sus productos, los venden y además imparten clases de cerámica, grabado y torno. "Pretendemos dotar al barrio de un poco de cultura de la artesanía, que no sólo se conozca esta zona de la ciudad por los bares de copas, que están muy bien, pero creemos que el Casco Antiguo tiene también otros potenciales", afirma uno de los responsables de tienda, Ramón Cortés, quien señala que durante el verano los cursos intensivos para extranjeros que buscan otro tipo de ocio han funcionado muy bien.

Por su parte, Gloria Saez Blasco ha decidido inaugurar una tienda de patchwork a dos calles del Mercado Central, debido a las continuas peticiones de sus alumnas de años y los recortes en algunas asociaciones de artesanos que ajustan el número de cursos que ofrecen. En su negocio, los artículos más valiosos no se venden, sino que esta artesana se reserva los productos más solicitados como base de los cursos: "Es mucho más rentable enseñar cómo se hace, por ejemplo, una muñeca que pedir una cantidad de dinero que mucha gente no está dispuesta a pagar".

La tienda Pegamín es otra de las que lleva más de dos décadas de rodaje y se ha convertido en un referente en la ciudad. Además, fue una de las pioneras en el híbrido comercial de vender productos e impartir cursos. Hoy su propietaria asegura que desea vender el comercio para poder jubilarse.

Otros de los antiguos artesanos en aprovechar sus conocimientos como forma de negocio fueron Jorge Torres y Rosa María Marín hace diez años. La pastelería Majo´s nació con el objetivo de ser una escuela para personas que no supieran cocinar o que desearan aprender a elaborar determinados dulces. Los clientes, al igual que ocurre en el resto de los comercios mencionados, pueden encontrar en esta tienda los utensilios necesarios para realizar los cursos o bien pedir por encargo tartas o pasteles.

Tanto las nuevas tiendas como las de mayor experiencia comparten la vocación de la enseñanza y han logrado ver en ello un valor añadido para sus comercios. Los talleres y cursos que se imparten en todos ellos suelen ser monográficos, duran una media de dos a tres horas e intentan que los alumnos aprendan a realizar productos básicos o muy concretos. Los precios suelen variar desde los 8 a los 100 euros, dependiendo de la tienda, la complejidad del trabajo y la duración de las clases.