Joaquín Ripoll ya no es un parado. Apenas ha estado unas semanas alistado en el Servicio Valenciano de Empleo. El Consell, de hecho, ratificó ayer la designación del que fuera presidente de la Diputación hasta el pasado mes de julio y actual mandatario provincial del PP, como nuevo responsable de la Autoridad Portuaria de Alicante en sustitución de Miguel Campoy, tal y como ya había adelantado este periódico. El nombramiento, anunciado oficialmente por el Gobierno valenciano pasadas las doce del mediodía, se desbloqueó después de que, finalmente, el propio Ripoll accediera a dimitir como concejal del Ayuntamiento de Alicante de forma previa a su nombramiento como máximo dirigente del Puerto. De lo contrario, la decisión del Consell se hubiera retrasado de nuevo, apuntaron fuentes del Partido Popular.

Veinticinco minutos después de las ocho de la mañana, Joaquín Ripoll, imputado por cinco graves delitos en la operación Brugal, se presentó en el registro municipal, evitando a periodistas y fotógrafos, para presentar su renuncia como concejal del consistorio alicantino. Durante la negociación, que comenzó casi al tiempo que se fraguó su salida de la Diputación a impulsos de la mayoría campista con la que Joaquín Ripoll estaba enfrentado, el presidente provincial del PP siempre puso sobre la mesa que sólo renunciaría como edil una vez que se ratificara su nombramiento en el Puerto. La alcaldesa Sonia Castedo, sin embargo, se mantenía inflexible: o dimitía de forma previa o su nombramiento quedaría bloqueado.

Finalmente, Ripoll dimitió pocos después de abrirse el registro -será sustituido por el abogado Luis Barcala- lo que le dejó las puertas abiertas para que el Consell, cuya reunión comenzaba apenas unos minutos más tarde, ejecutara el relevo de Miguel Campoy. Castedo, finalmente, ha logrado lo que llevaba intentando desde que la dirección nacional del PP impuso a Ripoll como número dos en la lista municipal de Alicante: quitarse del pleno municipal la sombra del expresidente de la Diputación. Lo arrinconó en la campaña, promovió su relevo en el Palacio Provincial y, finalmente, lo marginó sin sueldo ni competencias. Ripoll resistió hasta que, finalmente, la compleja situación se ha desbloqueado con su designación como presidente del Puerto. Una operación en la que, obviamente, también ha tenido una notable importancia la dimisión de Francisco Camps -pendiente de sentarse en el banquillo por los trajes de Gürtel- y su relevo por Alberto Fabra, con el que se ha destensado la situación interna de los populares.

La confirmación oficial del nombramiento llegó ayer por boca de la portavoz del Consell, Lola Johnson. Después de dos semanas lidiando en su encuentro semanal con los periodistas con las especulaciones sobre el futuro del expresidente de la Diputación, finalmente, ratificó la designación del aún presidente provincial del PP, que estaba apuntado a las listas del paro y, actualmente, cobraba la prestación por desempleo. Ahora volverá a tener sueldo público, despacho y coche oficial además de la posibilidad de "repescar" a parte del equipo que tenía en la Diputación para su "staff" en la Autoridad Portuaria.

"Hará un buen trabajo"

En un claro intento por tratar de conferir a este paso la mayor normalidad posible, la representante de la Generalitat se limitó a explicar que el visto bueno a esta designación se formalizó a primera hora de la mañana de ayer, acto seguido a la renuncia de Ripoll. Lola Johnson tuvo que entrar de lleno en el terreno de las valoraciones para explicar los motivos del nombramiento del hasta ahora edil en el Ayuntamiento de Alicante. Un paso que solventó destacando la "trayectoria profesional" del también presidente provincial del PP, méritos "demostrados" -aseguró- que harán "que desarrolle un buen trabajo al frente del Puerto, lo que redundará en beneficio de la ciudad de Alicante".

La portavoz del Consell no pudo esquivar las preguntas sobre la imputación del exmandatario de la institución provincial en el caso Brugal -un sumario abierto en la que está imputado por cinco delitos a raíz de las presuntas ilegalidades en la adjudicación del plan zonal de residuos de la Vega Baja- cuestión que solventó advirtiendo de que desde la Generalitat "sólo se valora su gestión" que será "muy eficaz y eficiente".

En cualquier caso, el nuevo dirigente del Puerto no arrancará, ni mucho menos, con un mandato plácido. Todo lo contrario. Ripoll se enfrenta a una situación de recesión en la que la actividad del centro portuario alicantino ha caído notablemente hasta situarse "a la cola" de los muelles de toda España, especialmente, a raíz del descenso del sector de la construcción. El también presidente provincial del PP tendrá que "ponerse las pilas" para sortear las directrices de la nueva Ley de Puertos, que obliga a que todas las instalaciones de España tengan beneficios; y, finalmente, evitar que el muelle alicantino acabe engullido por el enorme empuje del Puerto de Valencia y convertido en un centro de carácter auxiliar. Será su gran reto junto a la obligación de mantener buenas relaciones con Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante, con la que arrastra varios años de durísimos enfrentamientos en el PP.

Luis Barcala, abogado de 49 años

El abogado Luis Barcala, número 19 en la candidatura municipal del PP, sustituirá a José Joaquín Ripoll como concejal en el Ayuntamiento de Alicante. Si tendrá alguna competencia y sueldo fijo como concejal es algo que fuentes próximas a la alcaldesa no descartaron, pese a que a Ripoll se le había retirado por "austeridad". El futuro edil, que se prevé que tome posesión en el próximo pleno, ha militado desde 1979 en las filas de Alianza Popular y después en el Partido Popular, ocupando cargos internos. Barcala tiene 49 años, está casado y con dos hijas. Desde su despacho Barcala-M.Montalvo ha llevado casos de importantes grupos bancarios, inmobiliarios y aseguradores. También ocupó varios puestos en el Banco Español de Crédito. s. escribano