El primer gran acto de partido del jefe del Consell y presidente del PPCV, Alberto Fabra, dejó ayer constancia del cambio de etapa hacia el que camina la formación. Un giro palpable especialmente en cuanto a las relaciones con los dirigentes de la formación en la provincia se refiere y que ayer quedó demostrado con el amplio desembarco de nombres cercanos al ripollismo que acompañaron a Fabra en la cena de apertura del curso político que los populares celebraron en Benicàssim (Castellón).

Con este gesto, el bloque de afines al exmandatario de la Diputación y presidente del PP provincial marcaba las diferencias respecto a la etapa de mando del exjefe del Consell, Francisco Camps –quien también asistió al acto–, con una lista de asistentes a la cena que incluyó a nombres como el de los diputados nacionales Miguel Peralta y Macarena Montesinos o los parlamentarios provinciales, Mónica Lorente y Miguel Ortiz, entre otros. Nombres entre los que no figuró el del propio presidente provincial, José Joaquín Ripoll. Una ausencia que no obvió en su discurso Alberto Fabra, quien lanzó al aire un saludo para él y, al constatar la presencia de personal del equipo de bomberos en el recinto para exigir mejoras al Consell, acuñó «un tal vez a Ripoll no le hayan dejado pasar» para, dirigiéndose al conseller de Gobernación, añadir un «Serafín arréglalo».

Junto a este foco de atención, las miradas se centraron también sobre el ex presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien compartió mesa con su sucesor en el cargo. Una visita de última hora que obligó a que minutos antes del inicio de los discursos, todavía bailaran los papeles identificativos con los nombres de Juan Cotino, Alfonso Rus o Javier Moliner para cuadrar bien sus puestos.

Tras este primer ajuste en las mesas llegó el turno de los parlamentos. Intervenciones que tardaron en arrancar más de quince minutos, tiempo que tardó el jefe del Consell en recorrer entre múltiples saludos el pasillo que llevaba al escenario al que se subieron la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, y el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons. En un primer momento no subió Camps pero, tras la insistente llamada de Carlos Fabra, el ahora militante de base cedió a las plegarias y se unió a los mandatarios. Una intervención que despertó el malestar de algunos dirigentes, especialmente en las filas Castellón y de la provincia.

En su turno de palabra, Camps no se refirió expresamente a su situación procesal pero afirmó que es «falso e injusto y ganaremos también ahí, como siempre hemos ganado todo, de hecho era normal porque les he vencido siempre en las urnas». Además, agradeció la «confianza» que dijo haber recibido «como persona y político».

Por su parte, Alberto Fabra hizo referencia a su nueva andadura como presidente del Consell asegurando que «no se parte desde cero sino de un trabajo muy bien hecho por personas que se han dejado aquí lo mejor de si mismos» Además, se comprometió a gobernar con «austeridad» y a recortar 1.800 millones de euros del presupuesto para, principalmente, políticas activas de empleo y a reducir el sector público.

Carlos Fabra también tomó la palabra y empezó su intervención transmitiendo su «alegría» con que los socialistas tengan que repetir tantas veces en el parlamento autonómico «señor Fabra», pues -dijo- «es un castigo divino, y encima decirle presidente, no saben lo que disfruto». Fabra trazó una hoja de ruta en la que el objetivo es «rematarlos» porque en la política «no se pueden dejar heridos», haciendo alusión a los malos resultados del PSOE en las últimas elecciones y a la posible victoria de Mariano Rajoy.

Si algo quiso dejar patente el Partido Popular en la noche de ayer fue el mensaje de unidad en sus filas. Una idea que se lanzó a los 1.500 asistentes a esta cita, a la que no faltaron nombres como el del secretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, el diputado nacional Federico Trillo, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá o los exconsellers Manuel Cervera, Vicente Rambla y Mario Flores.

El presidente quiere redefinir las competencia de las diputaciones

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anunció ayer en la cena de inicio del curso político del Partido Popular que en breve se reunirá con los presidentes de las distintas diputaciones para redifinir las competencias. Fabra descartó la posibilidad de eliminar los entes provinciales pero sí destacó la necesidad de «poner las competencias sobre la mesas para que no haya duplicidad con otras administraciones». El objetivo, según añadió el presidente valenciano, es evitar «despilfarrar el dinero» para «poder destinarlo a cosas más prioritarias».

Entre otras cuestiones, Fabra descartó la desaparición de estos entes por ser los que «más cerca» están de los pueblos pequeños. «Las diputaciones están para que los ciudadanos, independientemente del lugar en el que nazcan, puedan disfrutar de las mismas oportunidades, los mismos servicios y la misma calidad de vida», añadió. Además, el presidente del Consell aprovechó para destacar que seguirá reivindicando «infraestructuras, el Corredor Mediterráneo, el AVE, el agua» y «todo lo que nos deben y que nosotros hemos invertido en colegios, institutos y hospitales».

Por último, y seguiendo con su político de aperturismo tendió una mano a todos los portavoces del parlamento valenciano para «afrontar conjuntamente los retos y problemas reales que la sociedad quiere que se solucionen con consenso». «Si quieren, que vengan y nos ayuden», concluyó Fabra. N.S.